Mujeres que compran flores

Publicado el 14 marzo 2018 por Aleon @Aleonpizarro
de Vanessa Montfort.

Título: Mujeres que compran floresAutora: Vanessa MontfortEditorial: Plaza y Janés, 2016Páginas: 448.
SINOPSIS.
En un pequeño y céntrico barrio de la ciudad hay cinco mujeres que compran flores. Al principio ninguna lo hace para sí misma: una las compra para su amor secreto, otra para su despacho, la tercera para pintarlas, otra para sus clientas, la última... para un muerto. La última soy yo y ésta es mi historia.
Después de la pérdida de su pareja, Marina se da cuenta de que está totalmente perdida: había ocupado el asiento del copiloto durante demasiado tiempo. Buscando empezar de cero acepta un trabajo provisional en una curiosa floristería llamada El Jardín del Ángel. Allí conocerá a otras mujeres muy diferentes entre sí, pero que, como ella, se encuentran en una encrucijada vital con respecto a su trabajo, sus amantes, sus deseos o su familia. De la relación entre ellas y Olivia, la excéntrica y sabia dueña del local, surgirá una estrecha amistad de la que dependerá el nuevo rumbo que tomarán sus vidas.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Hay libros que simplemente te gustan y hay libros que te embelesan y te cautivan de tal manera que se te quedan ahí anclados en el corazón y no quieres que dejen de andar ahí dentro para que de vez en cuando se te venga a la cabeza alguna frase, algún párrafo. Eso me ha pasado con este libro que me atrajo en su día por su portada y porque su nombre me identificó en una determinada época de mi vida cuando yo compraba también flores, una flor a diario, como si fuera un ritual que afianzaba mi estado de ánimo y mis sentimientos.

El Jardín del Ángel

Cada una de la mujeres que compran flores en El jardin del Ángel regentado por Olivia lo hace por motivos diferentes: Marina, que ha perdido a su marido y a quien guiaba en todos los pasos que daba, y ha de aprender a "navegar" por el mar de la vida ella sola, atreviéndose y reconociéndose; Casandra, una superwoman que es todo lo contrario a Marina, solitaria porque siempre ha primado ser la número uno en el trabajo antes que cualquier otra cosa; Gala, una mujer coqueta hasta el máximo con un miedo atroz a envejecer; Aurora, esa mujer incapaz de decir que no aunque la estén maltratando y se estén aprovechando de ella. No es capaz de vivir si no es sufriendo; Victoria, la típica mujer que piensa y satisface a todos menos a ella misma hasta caer rendida, como si fuera imprescindible y omnipotente. Junto a ellas, la misteriosa Olivia, dueña de la floristería que tiene una sabiduría interior descomunal y una experiencia vivida desconocida que la impregna de un halo de misterio que te cautiva desde el primer momento.
¿Sabes Marina? Hay una cosa que siempre me ha dado miedo. Las personas que se mueren sin haber pasado nunca por la fase de la crisálida se mueren sin conocerse a sí mismas. Qué menos que llegar hasta nuestros últimos días y decirnos: <<Encantada de haberte conocido>>. ¿No crees?
Mujeres que compran flores es una novela muy dinámica, tanto como todas y cada una de sus protagonistas. Sus historias de vida, sus experiencias y sus decisiones y consecuencias te mantienen enganchadas a su lectura porque en realidad tu eres un poco de cada una de ellas. Quizás te identifiques más con alguna, pero formas parte del universo de todas porque es sencillo que en algún momento de tu vida hayas pasado por experiencias que te han provocado situaciones y/o sentimientos similares. Realmente, a mi personalmente me encantaría poder entrar cada día en una floristería como ésta y tener ese elenco de experiencias femeninas que te escuchan, te comprenden y se convierten en cómplices de tus avances. Cada una de ellas a su manera renace, toma decisiones que cambian el rumbo de sus vidas, al menos en esa parte que las estaba limitando para vivir plenamente. Con mayor libertad y pensando en ellas mismas y no en todo lo que les rodea.
... los que éramos fuertes, dijo pluralizando, sólo lo eramos porque teníamos la desgracia de soportar más cantidad de dolor sin desfallecer. Nuestro umbral del dolor era más alto. Pero eso no quiere decir que las cosas nos dolieran menos.
- Nuestro verdadero drama, ¿sabes cuál es, Marina? Que no se nos nota el sufrimiento. O al menos no tanto como a los demás...
Ya lo había visto con la mujer de Francisco, por ejemplo. Había jugado una partida muy bien jugada con la sola arma de su debilidad. El débil se ahogaba con un pellizco y conseguía la compasión y la ayuda, y el fuerte le consolaba mientras soportaba una operación sin anestesia mordiéndose los labios. El fuerte, cuando sufría mucho, se encerraba en su concha para superarlo, no fuera a preocupar a alguien o a abrumar a los demás con su dolor"
La floristería se encuentra ubicada en un barrio emblemático de Madrid: el barrio de las Letras. Un lugar por el que me encanta pasear, disfrutar de su ambiente en una de sus innumerables terrazas de verano y donde un negocio de estas características encaja a la perfección. Un barrio bohemio de Madrid donde se unen historia y actualidad de una manera totalmente fluida: conventos que esconden restos de escritores con salas de exposiciones de lo más vanguardistas y cafés donde poder charlar de lo divino y de lo humano, parando el mundo de una ciudad que siempre tiene prisa. Reflexiones llenas de inteligencia y de mensajes que iluminan el alma.
- ¿Nunca te planteaste contar la verdad?
- Pero ¿por qué vamos a contar siempre la verdad? - Se indignó de pronto y quise no haber formulado esa pregunta-. ¿Por qué vamos a tener que desnudarnos ante una sociedad tan insensible y cruel con absurdas legitimaciones? Mira, hija, yo he tenido que contar muchas mentiras y medias verdades a lo largo de mi vida para poder tener una vida normal. Eso tiene un precio...A veces, Marina, la gente no se merece la verdad. Sólo la quieren para juzgarte.

En definitiva, una lectura que te "carga las pilas", llena de unos personajes que reflejan la esperanza en unas vidas que han de autoconstruirse por si mismas pero que cuentan con la fuerza de un grupo que, al final, anhela lo mismo. Una agradable lectura difícil de olvidar llena de ejemplos en los que te ves reflejada sin remedio. Totalmente recomendable.