Es una costumbre esta de Rajoy de mantener el suspense con la designación de candidatos electorales un tanto extraña. Entiendo que lo hace para no quemar demasiado a los elegidos, quienes sufrirían excesivos ataques con el paso del tiempo, pero en algunos casos puede llegar a ser incluso perjudicial para los intereses del partido que dirige. Es una costumbre un tanto extraña que, por otro lado, tiene algo muy a favor, la tensa espera provoca una ansiedad por la elección que genera un gran número de portadas de periódicos cuando esta llega.
Todo esto es lo que ha ocurrido con la designación de las candidatas del Partido Popular para presidir la comunidad y el ayuntamiento de Madrid. Al final las seleccionadas han sido dos mujeres, dos auténticas pesos pesados de la política española en general y del Partido Popular en particular, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. No es que Rajoy sea santo de mi devoción, más bien todo lo contrario, pero creo que con esta selección ha acertado. En primer lugar creo que ha acertado porque son dos mujeres muy apreciadas y queridas por el votante habitual del PP. Son dos mujeres valientes, sin complejos y de la parte del PP más tradicional, de la parte más a la derecha del PP; el PP era un partido de derechas, es lógico que sus candidatos también lo sean.
Pero donde se aprecia el gran acierto que ha sido esta elección es en la reacción de sus adversarios políticos, sobre todo la reacción de los partidos de izquierdas, se han puesto de los nervios. Creían tanto PSOE, como Podemos e IU que desbancar al PP de Madrid iba a ser coser y cantar, llegar y besar el santo por el evidente desgaste que la gestión de Rajoy ha generado en su partido, estas elección de candidatos les ha dejado fríos, les ha mostrado bien a las claras que no va a ser tan fácil. Tanto Aguirre como Cifuentes son dos baluartes de la derecha y son absolutamente detestadas por la izquierda, lo cual provoca en algunos como en mi caso una profunda satisfacción; cualquier cosa que le provoque un malestar a la izquierda para mi es bienvenido.
A pesar de todo la lucha en Madrid va a ser encarnizada, dada la importancia política que tiene la victoria en una plaza como esa. Por fin una buena decisión de Rajoy, ya era hora que el PP demostrara que era un partido de derechas, aunque fuera con una simple selección de candidatos.
Izquierdistas, ¿queréis una tila?