No sabría decir bien cuánto tiempo lleva retirándose el gran Clint Eastwood de su querido oficio de transmitir emociones desde la gran pantalla. Con Gran Torino pareció poner el punto final y definitivo a su carrera interpretativa, que no como director, porque realizar ambas tareas requiere una energía que alguien de sus años, por vital que esté, no puede permitirse. Eso fue hace ya una década, y ahora aparece un papel que encaja a la perfección en sus características profesionales y para el que por edad da perfectamente el perfil. El bueno de Clint se lo ha replanteado y se pone a los mandos del proyecto con sus 88 primaveras en la realización y también en el papel protagonista en la que podría ser (otra vez) la despedida definitiva de su trayectoria como actor. Qué más da si lo es o no, disfrutemos de la longeva estrella del cine, única en su especie, que se resiste a apagarse y que nos regala en esta ocasión una historia introspectiva y crepuscular, cómo no, con toques autobiográficos de culpa y pinceladas de la ya algo trillada redención familiar, a su vez con argumento basado en hechos reales.
Por otro lado, la parte más desatendida de la cinta, las andanzas del personaje principal requieren mucha atención, la de un agente de la DEA (Bradley Cooper, con el que Eastood ya trabajó en El francotirador) que anda sin descanso tras la pista de los traficantes… Bastante de comedia negra y algo de crítica antirracista, la película combina con buen resultado amabilidad con golpes de dura realidad social.
Lo increíble es que un señor de casi noventa años esté en forma delante de la cámara, transmitiendo cada plano eso que es capaz de transmitir con la mirada ya hundida pero firme, el rictus, cada una de las arrugas de su cara, sin necesidad de aspavientos, con la serenidad y la autoconfianza que otorgan la infinita experiencia y el saberse icono. Igual de increíble suena que sea aún mejor director que actor y sepa leer los claroscuros, los silencios rellenados con la música adecuada, las pausas y las emociones desde el lenguaje de la cámara virtuosa, colocada siempre en su sitio, con mirada limpia y académicamente impecable. Elegancia natural y aprendida.
No tratándose de la mejor de sus películas, Mula es una muy buena propuesta, que le da bastantes vueltas a la mayoría de lo que he podido ver en los últimos tiempos con legiones de guionistas y directores que tienen cincuenta años menos que Clint Eastwood, pero también menor claridad de ideas. Gracias sinceras de este fan por otro regalo fuera de tiempo y casi de lugar.
Dirección: Clint Eastwood. País: USA. Duración: 116 min. Título original: The Mule. Género: Drama. Basada en hechos reales. Intérpretes: Clint Eastwood, Bradley Cooper, Dianne Wiest, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne, Ignacio Serricchio, Alison Eastwood, Andy García, Diego Cataño, Robert LaSardo, Lobo Sebastian, Clifton Collins Jr., Manny Montana, Jill Flint, Noel Gugliemi, Loren Dean, Katie Gill, Daniel Moncada, Victor Rasuk, Devon Ogden, Ashani Roberts, Lee Coc, Rey Hernandez, Joe Knezevich, Derek Russo. Guion: Nick Schenk (basado en el artículo de Sam Dolnick). Música: Arturo Sandoval. Fotografía: Yves Bélanger. Productora: Imperative Entertainment / Warner Bros. / Bron Studios / Malpaso Productions. Estreno en España: 08 marzo de 2019.