Mula testaruda

Por Frabreum @FRABREUM
Al ver que era imposible convencerlo, nos dimos por vencidos y dijimos: «Que se haga la voluntad del Señor».Hechos 21:14
El consejo es algo curioso. Creemos que nuestro consejo es el mejor. Se lo damos a los demás aun si no se nos lo ha pedido. Lo pedimos cuando ya sabemos qué hacer pero desearíamos no saberlo. Rara vez seguimos el consejo, aunque sea nuestro propio consejo. A menudo, cuando seguimos un consejo, optamos por el mal consejo.
Sin importar todo esto, el consejo aun juega un papel invaluable en el desarrollo de quien somos y lo que decidimos hacer.
En el pasaje anterior, Pablo había sido advertido varias veces sobre lo que le pasaría si continuaba con su viaje planeado. Dio le había advertido. La gente le advirtió. Sus amigos lo desalentaron para que no fuese. Sin embargo, Pablo, ya estaba decidido. No había manera de cambiar lo que el iba a hacer. Entonces sus amigos dejaron de darle consejo y simplemente oraron para que la voluntad de Dios fuese hecha al final.
Han habido varias veces en mi vida cuando he estado tan determinado a hacer algo que he rechazado el consejo de los demás. Mirando hacia atrás, ahora puedo ver que algunos de esos consejos fueron buenos y que yo estaba equivocado sobre el rumbo que decidí tomar. Yo era como una mula testaruda (puedes sustituir “mula” por un termino mas apropiado si así lo deseas).  En esos momentos, mi familia y amigos solo podían orar, “Dios, creemos saber lo que es mejor para Bob. El esta siendo testarudo. Esperamos que tu puedas trabajar tu voluntad en esta situación!”
A veces, nos quedamos con tan solo la esperanza de que Dios tiene todo bajo control. La realidad es que, El no debería ser nuestro ultimo recurso. Debemos aprender a pedir Su “voluntad” antes de dar consejos que creemos que los demás necesitan oír.
Regularmente, estás en una de dos posiciones: aquella en la que das consejo y la otra en la que recibes el consejo.
Hoy, si estás dando consejo, detente antes de empezar a hablar y pídele a Dios que te ayude. Si la persona no quiere escuchar tu consejo, confía que Dios puede manejar la situación.
Si eres el que está recibiendo el consejo, detente y sé honesto contigo mismo. Estás haciendo lo que crees que va en línea con la voluntad de Dios para tu vida y la vida de aquellos involucrados? Toma responsabilidad por tus acciones. Si lo que estás haciendo esta correcto, sigue haciéndolo. Si no es saludable, entonces deja de hacerlo.
Hoy…detente…pide la ayuda de Dios…Confíale tu vida y la vida de los demás a El. Si vas a ser testarudo como una mula, entonces asegúrate de hacer lo correcto.
Robert & Rebecca Vander Meer
La Arboleda