El acusado negó haber "asesinado con alevosía" al batracio, de nombre "Knötti", aunque sí admitió estar en posesión de armas sin el debido permiso, tras lo cual la corte confiscó los dos fusiles que fueron hallados en su casa tras el ataque a la rana y le impuso el pago de una multa.
El propietario de la rana, Andreas Straelen, había acusado a su vecino, al parecer molesto por el croar de sus ranas, de disparar con una escopeta de aire comprimido para hacer callar a los animales del estanque.
"Mi objetivo era demostrar que no está bien disparar contra especies protegidas", declaró Straelen. Una segunda rana sobrevivió el ataque nocturno, aunque sufrió la pérdida de una extremidad trasera de un disparo