Es más, cuando el público empezó a echar pestes sobre él con su film El incidente, un servidor siguió defendiendo a ambos. Cierto es, que nunca me ha parecido el genio que algunos afirman, pero cuando se lo propone, sabe hacer un muy buen uso del suspense.
Fue después de El incidente cuando, para mí, el realizador hindú comenzó a perder el sentido de la orientación con películas como Airbender y After Earth. Aunque esta última, a día de hoy todavía no la he visto, ya que después del batacazo de Airbender y las críticas negativas que acompañaron a Will Smith y su hijo como protagonistas, no me quedaron muchas ganas de volver a apostar por él.
En 2015 volvió al redil con La visita, y a pesar de las positivas críticas, decidí dejarla para el formato doméstico. Un film de terror muy sencillo con un giro muy previsible, algo que Shyamalan siempre había realizado muy bien. Pero al menos, La visita nos devolvía una parte del Shyamalan perdido en los blockbusters.
Su nuevo trabajo, Múltiple, se ha estrenado este mismo fin de semana en las salas y ya recuperada mi confianza en éste, ha hecho que me desplace hasta una cómoda butaca para ver qué nos deparaba con semejante locurón de argumento.
Shyamalan, como en sus anteriores trabajos, también ha escrito el guión en esta ocasión. Y advierto que no estamos ante una película y guión de ejecución perfecta, pero sí lo suficientemente sólida como para mantener el interés del espectador hasta el tramo final. Un momento en el que el realizador hindú se acerca al tono fantástico y ‘descerebrado’ de La joven del agua, con un desenlace que no es malo, aunque no todo lo redondo que puede llegar a esperar el espectador durante el visionado. Si bien eso, dependerá de las expectativas que cada espectador se haga durante la película.
Quizás, el mayor defecto de todos, es algo muy familiar para el conocedor de todos sus trabajos. En efecto, Múltiple es de esos films que pierden frescura en posteriores visionados, pero es algo que viene de serie con Shyamalan. Y es que el tratamiento de suspense que contiene el argumento, se va un poco al traste, una vez que el espectador ya sabe cómo acaba la película.
Desde un punto de vista teórico, contamos con un montón de actores protagonistas, ya que McAvoy interpreta a 23 personajes distintos, aunque se centra en ocho de ellos para resolver el conflicto emocional, que no es nada nuevo a la vista, pero se revela en su justa medida y el tiempo correcto. En cambio, a nivel práctico, el film cuenta con muy pocos actores, cinco. De los cuales, podemos destacar dos, al propio McAvoy y a Anya Taylor Joy, una de las tres chicas raptadas, que por desarrollo de la historia o exigencias del guión, acapara toda la atención y ocupa el espacio principal en la película.
Joy debutó en el mundo del cine con The Witch (La bruja), un film que le ha hecho despegar bastante bien su carrera como actriz. Su presencia en films como Barry o Morgan, esta última dirigida por Luke Scott, el hijo de Ridley Scott no le dan un caché y fama como a otras actrices de su generación, véase, Chloë Grace Moretz o Jennifer Lawrence, pero si sigue por este camino, llegará su oportunidad de dar el gran salto.
Las dos compañeras de reparto de Joy, Haley Lu Richardson y Jessica Sula, ayudan a Joy durante los primeros minutos a presentar su personaje de toques antisociales y autistas tan característicos y necesarios para la función que desempeña su personaje. De las tres es Joy es la que toma las riendas del film junto con McAvoy y lo hace con una actuación realmente convincente.
Como he dicho, Shyamalan recupera el tono fantástico de su film La joven del agua, para terminar con un desenlace, que como punto negativo, se deja demasiado abierto a una ¿continuación? No sé...pienso que no debería haber optado a esa posibilidad. No es que el desenlace no me haya gustado, ni que quede inconcluso, pero creo que no termina de cerrar del todo una propuesta, a mi entender, muy redonda y compacta durante tres tercios de película. Más aún si la comparamos con su anterior película La visita, que funciona bien, pero que no es tan sólida, ni está tan bien construida como lo está Múltiple.
Aunque Múltiple sea una locura fantástica y, en algún momento, nos perdamos entre las distintas personalidades y términos técnicos de psiquiatría, el film está afianzado sobre unos sólidos pilares que hacen que la historia se entienda a la perfección sin necesidad de conocimientos en la materia.