Inicio las recomendaciones con la que ha sido, sin duda, mi mejor película del mes: Una cuestión de tiempo (About time, 2013), de Richard Curtis y protagonizada por un monérrimo Domhall Glesoon y una estupenda Rachel McAdams, que narran una de las historias románticas más dulces y divertidas que he visto este año.Una cuestión de tiempo es dulce, divertida y encantadora, una cinta llena de positivismo y alegría< donde Glesoon, que interpreta a Tim, conoce en un restaurante a Mary, sin duda, la chica de sus sueños. El destino los separa pero él, que descubre que tiene el poder de poder viajar al pasado, se las ingenia para encontrarse una y otra vez con ella para acabar conquistándole el corazón. Tras esta premisa, seremos testigos de una increíble historia de amor donde Tim, con el paso de los años, aprenderá a disfrutar cada segundo de la vida y a valorar cualquier segunda oportunidad.Desde luego, ha sido una película hermosa y un tanto lacrimosa, pues combina de manera perfecta el drama y el humor para que, tras verla, te haga saborear cada segundo que pasas con tus seres queridos o, simplemente, viendo pasar la vida. La fotografía y los actores están muy conseguidos, las escenas totalmente hiladas, y os confieso que Glesoon, con su perseverancia y su ingenio para cambiar el pasado, acaba robándote el corazón.
Mirad el tráiler de Una cuestión de tiempo
El segundo filme que ha hecho mis delicias de cinéfila es la francesa París a toda costa (Paris à tout prix, 2013), escrita, dirigida y protagonizada por Reem Kherici, donde encarna a Maya, una diseñadora que disfruta viviendo en París hasta que, en un encuentro con la policía, descubre que no tiene los papeles en regla y debe volver a su país de origen, Marruecos.París a toda costa es desenfadada en su gran apariencia, pues nos topamos con los tópicos clásicos de Marruecos y sus habitantes vistos desde alguien de fuera, como la vestimenta que oculta a las mujeres, su poca higiene y la tecnología arcaica. Asimismo, a medida que se va desarrollando la historia, el guión saca sus garras para criticar con un delicioso sarcasmo el choque cultural y la política de inmigración francesa: Maya, que ha pasado más de dos décadas viviendo en París, no sabe el idioma ni mucho menos tolera la cultura materna, por lo que se las verá y deseará para asentarse en sus raíces y hacerse entender. Si buscáis una película divertida y alejada de las comedias americanas, ésta es una gran opción, pues es perspicaz y ofrece una serie de gags a caballo entre la simple carcajada y la sonrisa cómplice ante una buena crítica.
Mirad el tráiler de París a toda costa
No soy partidaria tampoco de cintas rodadas enteramente por ordenador porque, a mi impresión, hacen una historia más que falseable, pero visualmente, Gravity es espectacular, y con la actuación de Bullock, hace que realmente te sientas allí, por lo que suple de manera muy convincente la carencia de diálogos e incluso de argumento.
Sinceramente, es una historia para ver con los ojos bien abiertos y fijarse en cada fotograma, en cada detalle, en cada gota de sangre. Aunque posee unos personajes totalmente planos y que incluso no llegan a explicarse mejor tras su poca repercusión en la historia, pues pronto descubrimos que lo importante es lo que se cuece en el barco, hay que destacar a la protagonista, Jess, bastante desequilibraba pero que nos hará disfrutar aún más de la teoría que suscita el propio nombre del film, Triangle.
Tras terminarla, lo mejor es el debate posterior, el poder comentar y pensar en el aluvión de teorías paranormales que hay detrás del barco. Ya conocemos de muchas historias de desapariciones, pero si además le añadimos una maldición milenaria, pues... Y no os puedo decir más...
Y después, Her (2013), lo nuevo de Spike Jonze que, tras las inmensas críticas y la increíble promoción, además de un atrayente concepto que me encanta como es la Inteligencia Artificial, no hablemos ya de contar con Joaquín Phoenix y a Scarlet Johansson en su elenco, me auguraba mil promesas de perfección y fantasía. Pero no ha sido así.Her se me ha antojado como un bonito caramelo adornado, con una cáscara en apariencia perfecta, donde en un mundo totalmente dado a la tecnología, Theodore se enamora de su propio ordenador, Samantha, un sistema operativo capaz de pensar y evolucionar dentro de sus parámetros. Así, se nos relata el romance imposible y dramático de un hombre solitario y una chica artificial, donde se conocen, se aman, fusionan sus almas hasta darse cuenta que uno de los dos quiere más y debe dejar al otro. Sí, el romance de siempre, esta vez situado en el futuro y con un ordenador de por medio, porque la tecnología es algo intrínseco en nuestro presente. Y esto es justamente lo que me ha fallado. No negaré que Her tiene un guión meticuloso y repleto de frases dignas de subrayar, marcar con pósits y llegar incluso a enmarcarlas; Theodore vive un romance turbulento pero apasionado con Samantha, y ambos reflexionan sobre la vida, el amor y el futuro. Pero es todo fachada una vez decides inspeccionar el contenido real de la historia, que no es otro que los tópicos clásicos de siempre, adornados esta vez con ciencia ficción y un loable protagonista. No entiendo por qué Her ha suscitado tanto interés y alabanzas como si fuera la nueva panacea del cine, pues no nos cuenta nada que no hayamos visto ya. Sí, es original porque nos acerca al futuro moderno, y aprovecha las dosis de romance para criticar la increíble adicción que padece la sociedad con las tecnologías, que acaban olvidando las relaciones humanas, pero realmente, esperaba más de Jonze, de Samantha, de Her en sí.
Mirad el tráiler completo de Her
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