Aunque Las últimas supervivientes (The Final Girls, 2015), recibió en el Festival de Sitges de este año el Premio Especial del Jurado y Mejor guión, extrañamente no he visto a los cinéfilos del terror muy revolucionados con este slasher tan original, algo que me impacta porque a mí me ha dejado más que encantada. Coincido mucho con las críticas con que Las últimas supervivientes encantará a los entusiastas del género porque es un más que merecido y original homenaje a los slashers clásicos, reconstruyendo la típica historia de terror con adolescentes, alcohol y sexo, pero insertando una nueva perspectiva contemporánea. He de reconocer ante todo el mérito que tiene el insertar personajes actuales dentro de una película noventera y que éstos pasen gran parte de la cinta deconstruyendo los tópicos y teniendo en cuenta los porcentajes de supervivencia de cada personaje para poder sobrevivir, y que incluso dentro de escenas llenas de tensión y con un asesino acechando, tengan tiempo de analizar la banda sonora o hasta jugar con los flasbacks. Las últimas supervivientes para mí ha sido como ver una versión más light de The Cabin in the woods, con una película que realiza una interesante oda al género pero, al mismo tiempo, deja su granito de arena con una historia para catalogar dentro. Aun jugando con los tópicos y tomando prestado el argumento de una película, esta comedia del horror os encantará.
Cambiamos de registro pero no de género, pues Hidden. Terror en Kingsville (Hidden, 2015) es perfecta para buscar una historia de terror, infectados y sangre. Creo que Hidden es una gran apuesta para quedar satisfechos con una película dentro del género porque sabe llegar al espectador y sorprenderlo. Primero, porque no pretende ser osada ni atrevida; cuenta con un escenario reducido, poco más de tres actores y una historia mayormente situada dentro de las paredes de un búnker. Los espacios abiertos son mínimos y tanto los personajes como el espectador han de ponerle mucha imaginación para conciliar un exterior apocalíptico y devastado de seres infectados. Nuestros actores principales saben imprimirle dramatismo y congoja a una narración lenta, ante todo gracias al miedo de la pequeña Zoe, pero que provoca que nos acabemos asfixiando en el interior y temiendo el exterior. Luego, además, la inesperada vuelta de tuerca en el desenlace, que nos invita a revisionar la cinta y fijarnos en esos tímidos detalles que adelantaba un cambio. Si bien es una idea que queda más bien a medio explotar entre la locura y la originalidad, y cuando terminamos la historia nos quedamos con ganas de más, de más minutos para entenderla mejor, es interesante saber que a estas alturas del boom de los zombis, aún hay muchas ideas inexploradas. Hidden. Terror en Kingsville no ha levantado muchas críticas y ha pasado mayormente desapercibida, pero creo que es muy buena dentro del género, destacado por un reparto mínimo pero intenso, por un escenario agobiante y explosivo, y por ofrecernos un poco más allá de lo que estamos acostumbrados a ver.
Y dejo mi impresión para el final sobre mi eterno amienemigo M.N.Shayamalan con su última producción, La Visita (The Visit, 2015), pues aunque dicen que ha logrado recuperar la esencia de sus primeros trabajos, yo creo que solo lo ha hecho en parte.La Visita bien podría considerarse la pelicula trampa del año, pues muchos hemos asistido a su visionado alentados por un tráiler repleto de terror y horror, y nos hemos encontrado más con una historia inquietante y espeluznante, pero de pocos sustos. Esto no significa que sea una pérdida total de tiempo, pero sí que puede decepcionar si acudes a ella esperando recuperar el pánico que se sentía con en El sexto sentido, Señales o El Bosque. Nuevamente, el director sabe jugar con los sentimientos del espectador, creando la atmósfera adecuada, escogiendo a los actores perfectos y sabiendo guiarnos, en este caso, por la adorable casa de unos adorables ancianos y sus estrictas normas nocturnas. Hasta aquí, es eficaz e intensa, y a cada minuto que pasa, sentimos más impaciencia y desesperación por saber qué se cuece por la noche en casa de los abuelos. No obstante, cuando llegamos a la verdad, nos sentimos un tanto deshinchados, deshilachados incluso, pues Shyamalan no ha ofrecido todo lo que esperábamos o intuíamos, y aunque el final es igual de convincente y nos da un pequeño placer sobre pensar en la soledad de la tercera edad, quizá solo esperábamos le regreso de un maestro del terror sin más concesiones que puro horror y terroríficas sombras a final de un plano. Shyamalan es conciso en su creación de sensaciones, más que conseguidas, pero aún le falta para ser el que era antes.
¿Habéis visto algunas de estas películas? ¿Qué os han parecido?