Mundo Jurásico, renaciendo de las cenizas

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Dos tristes secuelas dejaron en la lona a Jurassic Park porque jamás logró encontrar la fórmula necesaria para mantenerse relevante. Después de tanto tiempo, un nuevo grupo de científicos cinematográficos busca recrear de las cenizas un híbrido diseñado para proveer nostalgia y al mismo tiempo trazar un nuevo rumbo de una franquicia que se creía en peligro de extinción. ¿Lo habrán logrado?

Yo pienso que sí. Aún con los errores que cometieron, logran sobrevivir una tarea que se creía imposible. Creo que no había otra solución más que con un desfibrilador tratar de resucitar el T-Rex con prácticamente un templete de la primera película.

El parque de diversiones regresa en toda su gloria y por fin vemos realizado el sueño de John Hammond (no quiero pensar cuánto cuesta el boleto a Hawai, perdón, Costa Rica). Con la majestuosa banda sonora de John Williams como escolta, es que conocemos los detalles del parque y el director Colin Trevorrow brinda un aire de nostalgia que se extrañaba.

Es digno de reconocer el tiempo que se toma la película para establecer los personajes, sobretodo las funciones que tienen dentro de este mundo donde los gigantes prehistóricos han vuelto a la vida. Es así que tenemos a la bella actriz Bryce Dallas Howard, quien es la versión femenina casi idéntica de su padre Ron Howard, canalizando a una dama profesionista que busca el optimo funcionamiento financiero de sus activos (dinosaurios). Pareciera que estoy relatando un cliché, pero ¿acaso en estos tiempos ya no todo lo que vemos en el cine son clichés?

Quizás varios se inclinen por esta propuesta por Star-Lord o como pretende llamarse en esta ocasión: Owen. No hay duda que Chris Pratt es un actor cuya carrera esta en ascenso por su carisma y simpatía. Aunque esta presentando limitantes como el encasillamiento con personajes de héroe de acción. Esta vez, digamos que su labor es satisfactoria. Nada trascendental, o que arruine la experiencia, simplemente en lo que cabe cumple su función.

No sería una producción de Spielberg sin tener dentro del elenco a dos jóvenes actores pretendiendo ser hermanos. Por más esfuerzo que se hace, creo que son los personajes que más salen sobrando. Entiendo la necesidad de drama, pero a estas alturas es ingenuo pensar que algo grave les pueda ocurrir. Son buenos para las requeridas persecuciones, ser un foco de identificación con la audiencia infantil, y ya.

Lo más destacable es que aún con el elenco humano robando cámara, son los dinosaurios los que vuelven a ser el centro de atención y la dirección por parte de Trevorrow se encarga de ello. La mayoría del tiempo involucra escenas donde vemos humanos convivir con una gran variedad de reptiles y no olvidando que la tecnología ha evolucionado, las limitantes en número son inexistentes.

Con el elenco definido es que la película da a conocer pequeños trozos del futuro de esta franquicia que involucra el uso de los dinosaurios para fines bélicos. El villano Hoskins (Vincent D’Onofrio), es quien se encarga de traer el conflicto y comprueba una vez más que jamás se abandonará la moraleja de que los humanos somos unos idiotas cuando nos creemos ser los dueños absolutos del mundo.

El problema fundamental de esta franquicia, es que jamás ha logrado crear un villano interesante. Hemos tenido demasiados ingenuos billonarios que por lo visto no aprenden su lección o en este caso ambiciosos directivos que jamás saben lo que hacen. Creo que el mejor antagónico es el Dr. Henry Wu (BD Wong), quien funciona como vinculo con la trilogía anterior y nos brinda una justificación de las criaturas mutantes.

Después de esperar una hora, es que la película regresa a la acción de dinosaurios saboreando a los humanos. En esta ocasión el responsable es un Indominus Rex con gran variedad de trucos que hace interesante las masacres de los inocentes empleados. Una pequeña adición a un Mundo Jurásico, que no estaba bromeando, necesita desesperadamente de algo nuevo para mantenernos interesados.

Entre lo positivo sin duda es el regresar el centro de atención a los dinosaurios quienes se habían vuelto lagartijas gigantes de muerte y destrucción. El sentimiento de asombro en su mayoría ha disminuido, más eso no impide que el director Trevorrow lo intente con ángulos dinámicos, panorámicas y plano secuencias de decenas de seres digitales que en esta ocasión vale la pena crear.

Como bien aclara el Dr. Henry Wu, el crear un híbrido con grandes dientes también incluye sus defectos, es por eso que a pesar de que logra seguir los pasos de la versión original, también comete los mismo errores.

Con solo recordar que Spielberg esta involucrado, no tengo que decirles las victimas son aquellas que tienen 5 segundos en pantalla. Es entonces que por más destrucción o ruido, el peligro no se siente tan real como debería de ser.

Los jóvenes que se la pasan disfrutando del parque, parece que aprobaron la prueba de inteligencia para encontrar problemas. Hasta se tiene el típico: nada malo puede ocurrir. Por más que intentan cerrar el ojo para verse auto concientes de la fórmula, terminan por verse anticuados.

La relación entre Claire y Owen se ve a kilómetros de distancia a donde se dirige, es por eso que tenemos los requeridos de tensión romántica, que me hubiera gustado más énfasis por parte de Chris Pratt.

Al final llegamos a una batalla interesante, las despedidas junto a los sobrevivientes esperados y la promesa de más secuelas a seguir.

Tengo que reconocer que a pesar de que se sigue el formato de Jurassic Park, esta nueva secuela logra crear suficientes variantes para sentirse como una secuela y no un plagio. El esfuerzo por querer revivir de las cenizas es palpable y el resultado en su mayoría es positivo. Se tiene asombro, aventura, emoción, acción y un final de acuerdo a la audiencia familiar. Todo calibrado como el parque de diversiones donde nada malo puede suceder.

P.D. No tiren su dinero en 3D porque sigue sin valer la pena, al menos que quieran salir con un tremendo dolor de cabeza.