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Ese primer día, decidimos conectar en la famosa Marienplatz, la plaza central de Munich, desde la fundación de la ciudad en el 1158. La plaza es hoy día el centro neurálgico de la vida de la ciudad, alrededor de la cual se extienden las principales calles comerciales con todo tipo de comercios y restaurantes.
Durante la Edad Media acogió mercados y torneos. Su nombre proviene de la Mariensäule (literalmente pilar de María), que ocupa el centro de la plaza y fue erigido en el 1638 como para celebrar el fin de la ocupación sueca. Actualmente, la Marienplatz está flanqueada por el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus en alemán) al norte, el Viejo Ayuntamiento (Altes Rathaus) al este.
El Nuevo Ayuntamiento, principal objetivo de nuestra cámara, es una representación de la arquitectura Neogótica, con su siempre danzante Glockenspiel (Carillón), que encanta a la plaza a las 11 am/pm, y también a las 5 de la tarde (De Marzo a Octubre).
Otro elemento significativo de la plaza es la popularmente conocida como Fuente del Pez, una modesta fuente ubicada en el lado este, que antiguamente servía a los pescaderos del mercado para mantener fresco el pescado y que hoy día es punto de referencia para las citas.
Nuestro objetivo en esta plaza era tentar a la suerte y poder encontrar al grupo de guías, pero no fue posible -al igual que en Amsterdam-. Lo recomendable, sin duda alguna, es llamar o contactarlos con anticipación a través de la web, para poder contar con sus servicios.
Así que, tras un breve paseo, y de acompañar a mi compañera a realizar un poco de shopping, partimos a conocer el Palacio de Nymphenburg.
Este bello palacio de estilo barroco, con sus jardines al exterior, salones y frescos al interior, fue residencia de verano de los gobernantes de Baviera.
En los siguientes links, podrán descubrir parte de su historia e información útil de su sitio oficial.
Terminada nuestra visita al Palacio de Nymphenburg, tomamos un tranvía directo a la estación de Hauptbahnhof y llegar a nuestro principal objetivo: El Prado de Teresa al Oktoberfest.
Jamás me había imaginado la magnitud de este festival, que comienza con un desfile de carruajes el primer sábado después del 15 de septiembre, donde el Alcalde abre el primer barril de cerveza en la carpa Schottenhamel, a las doce en punto. De esta forma se inaugura la Oktoberfest al grito de “O ‘zapft is!”, que significa “Ya está abierto”.
Inmediatamente después se disparan doce salvas de cañón desde las escaleras de la estatua que representa a Baviera. Esta es la señal para que los Wiesnwirte (Anfitriones del Oktoberfest) puedan empezar a servir. Según la tradición, el presidente del land toma la primera maß (cerveza de un litro). Después se abren los barriles en las demás carpas y se sirve cerveza a los asistentes.
Año tras año, todos están ansiosos por saber cuántos golpes necesitará el alcalde para abrir el barril e incluso se hacen apuestas. El récord es en dos golpes (por el Alcalde Ude en 2005 y 2008), pero en 1950, Thomas Wimmer necesitó 19.
Como podrán observar, nuestra llegada a Munich fue después de esta gran inauguración del festival. Sin embargo, no faltaron los buenos momentos. Sin saber hablar el alemán, sin conocer siquiera sus bailes, supimos colarnos dentro de las tiendas abarrotadas de reservaciones y gente, bebiendo, comiendo, disfrutando de la música y del hecho de poder regalar un corazón de chocolate a esa persona especial…
Esa tarde, decidimos cerrar la jornada con una cena apacible, y preguntamos a una chica de las tiendas sobre cuál era el mejor sitio para cenar y continuar con una buena bebida. Así que tomamos nuestro metro desde Hauptbahnhof hasta la estación de Universitat (lugar recomendado por la chica). Así dabamos fin a nuestra primera jornada.
¡Continúa descubriendo con nosotros la maravillosa región de Baviera!