La precipitación de los santosángeles sin alas pero con coronaenardecían creaciones de ímpetosenvueltas en la negra persianade su albor, ya todos parecían quietos.
Es al alcance de los divinosel mundo de la tierra,nada más ellosquisieran esta veta deforme y rara.
Desenvuelven mantos de castigopara obedecer a los eternosdivinos sin ego pero con cartón,errantes de casas y edificios.
Brillo superfluo del cielo¿Dios dónde está?, si niñosclausuran su fe, el perdido anhelo.
Es un estamento la Virtudpara el mundo del sufragiodictamen de eterna juventudvoto por un espíritu –si existe- Ingenuo.
Se encadenan todos por moral
de manos y pies, el cuello queda sueltopara ver, supervisar y vigilar.Los señores no se mueven de su puesto.Se manchan de sangre, las cuencasde los ojos, todo salpica, el aguahace resbalar integridades y moralejas.Jhonny