Murcia y sus carreras - por José Antonio Martínez Nicolás

Publicado el 13 mayo 2015 por Ad Absurdum @AdAbsurdumBlog
José Antonio Martínez Nicolás,@Mike_Whasousky
@IUVRM @JovenesIURM
Coordinador del Área de Juventud de IU-Verdes de la Región de MurciaVocal de IUVRM en la Junta Municipal de Los Garres

José Antonio es estudiante de Historia en la Universidad de Murcia, y para las próximas elecciones apuesta por las coaliciones Ganar la Región de Murcia (para las autonómicas) y Cambiemos (para las municipales en Murcia).

La historia


Ramon Muntaner, cronista de Jaume I en “La Crònica” de 1327 pintaba a Murcia como una ciudad maravillosa, donde se encontraba “hu dels bells carrers qui sia en nenguna ciutat del mon” (esto lo entendéis). O a Ramoncico la iba mucho la hipérbole, o la Trapería era una de las calles más bonitas del mundo, aunque cierto tiempo después pasase por tener hasta un muro que dividiera la ciudad en dos (ya intentaban tener guetos aun sin tener Trenes de Alta Velocidad) y llegase más tarde a ser la arteria fundamental para la burguesía murciana hasta el desastre de la Gran Vía.

Acequia Mayor de Aljufía con la rueda de La Ñora al fondo.
Ahora entubada y potencial Avda. Alcalde Miguel Ángel
Cámara Botía.

Murcia ha cambiado mucho desde entonces y el nombre de sus calles mucho más. Pocas han conservado su nombre popular y de hecho no verás a ningún murciano quedar por el nombre de calles, sino por lo que se pueda encontrar ahí. Hay un claro ejemplo de esto, la Plaza de las Flores. Sabemos que era llamada Plaza de las Carnicerías, pero claro, el concejo murciano decidió cambiarle el nombre por Díaz Cassou, homenajeando al paisano. Entre los murcianos no cuajó mucho pero sí cuajó otro nombre: de las Flores, por la simple razón de que allí carnicerías no quedaban ninguna pero sí habían instalado un par de floristerías. La plaza se hizo tan popular en el imaginario colectivo que al final se oficializó el nombre de Plaza de las Flores.

Pero otras calles no tuvieron tanta suerte y ahora dan nombre a grandes terratenientes, políticos o gentes de iglesia, que, cosas raras de nuestra Murcia, seguían vivos, aunque con piso por Madrid, cuando el concejo pelota los homenajeó: Corvera, Fontanar, Ordoño, Arzobispo Simón López, Zubalburu,... Se olvidaba entonces para siempre los nombre populares, como la Plaza de los Gatos, Corredera, Arenal, Poco Trigo, Val de San Juan, Plaza del Esparto, Acequia, Karamajul, y tantas otras. Quizá aquí en este grupo pudiera entrar nuestro ya casi ex-Alcalde Miguel Ángel Cámara cuyo poco ego le da nombre a un pabellón deportivo en Alquerías. Y es que no se salva ni El Rollo, que en realidad es Plaza Ingeniero de la Cierva, aunque lo que de verdad no se salvan son nuestras acequias y azarbes, blanco perfecto para, por qué no, hacer carriles con dedicatoria especial al Pedáneo de turno (ese que no podemos elegir).¿Por qué esta historia?
Murcia es una ciudad maravillosa que ha sufrido la más triste de las historias. Hemos visto como durante el Siglo XX y principio del XXI Murcia ha crecido de forma desigual y ha cambiado de forma brusca sin un proyecto de ciudad que avalara su desarrollo. Los atropellos para modernizar esa pequeña ciudad provinciana y agrícola que tan poco beneficiaba a esos nuevos burgueses no han sido ni mucho menos pequeños: destrucción de gran parte del casco antiguo con la Gran vía, Baños Árabes, Contraste de la Seda,... cambiando a su vez todo el modelo productivo de la ciudad, terciarizándola y eliminando la diversificación existente en su economía a la vez que destruían su seña más fundamental, su huerta.Nuestro municipio ha estado siempre en manos de esos terratenientes que dan nombre a  muchas de sus calles, y que se han perpetuado en el poder, con el ayuntamiento a su servicio, para saquearla poco a poco. Murcia necesita un proyecto de cambio, que surja de una participación global de sus gentes, un proyecto común en el que se especifique qué Murcia queremos, un proyecto que deje atrás los años de la especulación y se ponga a trabajar en suplir las necesidades de los murcianos y en poner las bases para una sociedad mejor. Ese proyecto de unidad ya ha empezado con la participación de cientos de murcianas. Tenemos que Ganar San Esteban y así quizá, con un proyecto municipalista, con competencias reales, y entre todos: Cambiemos Murcia.

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