(Por Fabián Scabuzzo) Lo encontré de casualidad. Continuando mis investigaciones que desarticularon a la banda de falsos representantes de la ONU (Ver “La embajadora trucha de la Paz”) y su vinculación con los resabios de la Secta Moon en Argentina, se me apareció la imagen de quien era el representante rosarino de la llamada “Iglesia de la Unificación” fundada por el extinto Sun Myung Moon.
Se presentaba como el Reverendo Jorge W. Pérez y falleció el 11 de Julio último, lucía como un curita bonachón y destacaba su pasado académico impecable ligado al estudio de la teología, pero en verdad fue un terrible personaje de la represión argentina cuyo nombre completo era Jorge Walter Pérez Blanco.
fue un terrible personajes de la represión argentina cuyo nombre completo era Jorge Walter Pérez Blanco.
Simultáneamente con sus labores como pastor luterano, trabajó para la facultad de Medicina de Rosario como personal administrativo hasta que fue denunciado y retirado de su cargo, en 2007 recibe de parte de la misma Universidad una polémica indemnización injustificada por las autoridades de la casa de altos estudios.
Fue calificado como un “super espía” , un Alfredo Astiz vernáculo, dedicado a delatar y señalar
Fue calificado como un “super espía” , un Alfredo Astiz vernáculo, dedicado a delatar y señalar a quien sea, mezclándose en distintos ámbitos como el universitario, por eso trabajaba en la Facultad de Medicina, y también en el de la iglesia, sus oficios fueron determinantes en la desaparición de personas en la ciudad.
Gracias a su apellido común se movió entre la gente como un cura respetable, ofició misa y dió la comunión a niños
Es interesante leer la efemérides que publican en la página Cristópolis perteneciente a la misión en la Argentina de la Iglesia Bieolorrusa Eslava, de la que participaba Pérez Blanco y su señora, también pastora, Rita Beatriz Boni, sus compañeros de fe defienden a este hombre “perseguido” injustamente :
Ingresó al Colegio Militar del cual salió como egresado, posteriormente reencausó sus estudios hacia las leyes, que les dio un útil propósito ayudando hasta sus últimos días de su vida a ayudar a los que menos tienen.
Vivió y fue partícipe de uno de los dramas más recientes que vivió nuestro país en los difíciles años setenta y que hasta el día de hoy, las heridas no cierran.
El cumplió con su Juramento que hizo a la Patria, y a Dios. Y, hasta el último momento de su vida fue perseguido, más nunca renunció a sus principios y a lo que sintió haber servido con responsabilidad.
Gracias a su apellido común se movió entre la gente como un cura respetable, ofició misa y dió la comunión a niños, bajo el nombre de Reverendo Jorge W. Pérez, pero su foto y su DNI en el padrón electoral revelan que no era nada más ni nada menos que el polémico represor Jorge Walter Pérez Blanco, pieza clave de la ingeniería asesina de la dictadura.
Se murió, pero terminó su vida casi como una persona normal.