Breve historia
Él egresó de la Universidad de Buenos Aires y en febrero de 1976, empezó a trabajar como empleado auxiliar ad honorem en el Juzgado Correccional Nº 6 de la Capital Federal.
En 1980, Oyarbide fue nombrado auxiliar de la Fiscalía Nacional de 1ra. Instancia en lo Criminal y Correccional Nº 20 de la Capital Federal.
Luego él fue secretario de juzgado, fiscal y en 1994, durante el gobierno de Carlos Menem, fue nombrado juez nacional en el fuero Penal y Correccional Federal.
La gestión de Oyarbide quedó muy vinculada a 'la servilleta' que Carlos Corach le habría mostrado a Domingo Cavallo en medio del escándalo por Alfredo Yabrán, en verdad una disputa de poder dentro del Ejecutivo Nacional, que terminó en una tragedia para Yabrán, una derrota para Cavallo y una erosión de la credibilidad de Menem y el futuro triunfo de la Alianza UCR Frepaso.
En los días de Fernando De la Rúa, año 2000, Oyarbide le revocó la prisión domiciliaria a Jorge Rafael Videla. Ya estaba muy claro que Oyarbide era presionable y que hasta se predisponía a eso.
Luego llegaron los días con los Kirchner, quienes con cierta facilidad lograron convertirlo en un magistrado cercano para causas polémicas que incluyeron en diciembre de 2006 identificar el accionar de la Triple A como delitos de lesa humanidad pero sin analizar el vínculo de Juan Domingo Perón con esa organización, pero en 2007 pedir al Gobierno español la extradición de la expresidenta Isabel Martínez de Perón. Imposible hacer un recuerdo respetuoso de quien mal interpretó el Derecho Penal en forma reiterada.
Desde 2009, junto con otros jueces, investigó la "Mafia de los medicamentos", una garantía de que no llegara a ningún resultado.
Recuerdos
Oyarbide sobreseyó a Cristina Fernández de Kirchner y a Néstor Kirchner por presunto enriquecimiento ilícito en un fallo exprés y el fiscal de la causa no pudo apelar porque ese día había sido secuestrado su hijo, se publicó en diferentes medios de comunicación.
La actuación de Oyarbide fue muy turbia. Era lo que Kirchner le había exigido a Juan José Galeano, y el disparador de la caída de ese juez, lo del 'caso AMIA' fue la cortina de humo.
Oyarbide fue quien ordenó en 2008 la detención del Jefe de la Policía Metropolitana, Alberto Palacios, enemigo de Stiuso.
En 2009 investigó la causa de las escuchas ilegales en la Ciudad de Buenos Aires; luego procesó a Mauricio Macri, y al exministro de Educación porteño, Mariano Narodowski. Macri fue procesado por el juez Sebastián Casanello en diciembre de 2015, cuando asumía en la Presidencia, en un acuerdo con Comodoro Py supuestamente logrado por Daniel Angelici y que abortó la reforma judicial prometida por Elisa Carrió.
En enero de 2010, Oyarbide fue quien embistió contra Martín Redrado, titular del BCRA, por "incumplimiento de los deberes de funcionario público y mala conducta". Y así logró la presión que quería Cristina Fernández de Kirchner.
Etc. etc. etc. Oyarbide tuvo un rol muy particular en la pérdida de credibilidad de los jueces federales.
Oyarbide creyó resolver todo cuando en 2018, involucrado en la 'causa de los Cuadernos', de supuestos sobornos pagados por empresarios a funcionarios K, afirmó que Jaime Stiuso y Javier Fernández lo habían apremiado para que cerrara la causa de enriquecimiento ilícito del matrimonio Kirchner. Imposible probarlo, imposible darle algún mérito.
Oyarbide es el juez federal que más pedidos de juicios políticos tuvo en su carrera: 47 denuncias por mal desempeño, pero logró jubilarse sin condena.
En 2001 él fue suspendido por el Senado pero luego ratificado en su cargo con el voto favorable de los miembros peronistas de la Cámara Alta, lo que sucedió cuando toda la opinión pública estaba pendiente del atentado ocurrido ese día: 11S, las Torres Gemelas.
Netflix
Antes de la pandemia que se lo llevó, Oyarbide había coqueteado con reescribir su propia historia en una suerte de biografía novelada que imaginaba filmar con la bendición de Netflix.
La idea de Oyarbide era resolver los escándalos que lo habían rodeado por una nueva versión autobiográfica donde fuese víctima de diversas circunstancias.
Sin embargo, la pandemia se lo impidió.
Pero lo acompañará la polémica. Aquí algunas demostraciones de la opinión que hay sobre Oyarbide, y que él simularía no prestarle atención, si estuviese vivo:
Ahora bien, ¿cómo se autodefinió él?
Yo soy enano, trolo, todo lo que me quieran decir, pero traidor no soy y mentiroso menos.