Murrow, no te metas en política

Publicado el 29 noviembre 2011 por Jaime
Cuando el cuarto poder ataca al primero ¿Qué pasa cuando un presentador estrella de un medio de comunicación decide hacer la guerra hertziana contra un político? ¿Qué sucede si un programa de televisión se queda sin anunciantes? ¿Es la televisión un medio educativo y cívico o un monstruo de programas basura y entretenimiento alienante? La respuesta a todas estas preguntas atemporales la encontramos en Buenas noches, y buena suerte (George Clooney, 2005).
Clooney muestra con precisión milimétrica los entresijos del mundo de la televisión 
Aunque a simple vista pudiera parecer que estamos hablando de nuestra televisión en el presente, la película Buenas noches, y buena suerte (George Clooney, 2005), rodada en blanco y negro, se remonta a la década de los cincuenta. En un contexto de Guerra Fría, con la caza de comunistas como telón de fondo del enfrentamiento histórico entre el presentador estrella de “Véalo ahora”, Edward R. Murrow (David Strathairn), y el senador Joseph McCarthy, Clooney muestra con precisión milimétrica los entresijos del mundo de la televisión plasmados en el seno de la sección de informativos de la Columbia Broadcasting System. De manera casi premonitoria, una de las primeras canciones que suenan en la película cuando uno de los protagonistas pasa por delante de un estudio de grabación es TV is the thing this year, interpretada en 1953 por Dinah Washington. La presencia de esta melodía, como la de todas las de la cinta, no es casual. La música, sobre todo a través de la radio, será uno de los principales introductores del medio televisivo en muchos hogares del mundo. No en vano Lolita Garrido ya cantaba a la pronta llegada de la televisión en España en 1947. La película nos sumerge en la dinámica de preparación de un programa informativo. Cintas que van y vienen, ver si un personaje funciona delante de la cámara, comprobar las fuentes, moverse en terreno firme, tener una segunda versión que refuerce la primera, ser imparcial o tomar partido, leer las críticas al día después… Todo esto, más o menos digital, se sigue haciendo hoy en día.
Mientras que para el periodista los servicios informativos son una responsabilidad ética, para el director son un medio más para hacer dinero 
Pero la guerra de Murrow tiene consecuencias. Cuando los anunciantes creen que el contenido del programa no casa con la imagen de su producto se marchan. Lo acabamos de ver en nuestro país. Por eso, y por hacer un periodismo crítico con la política, Murrow se encuentra con problemas en las altas esferas. Primero con un intento de censura militar y luego con la dirección de la cadena, que exhorta a su presentador estrella a dejar su lucha sin prohibírselo claramente. El jefe empuja a su empleado a la autocensura y le acusa de haberla utilizado con anterioridad.  Estas líneas dibujan con nitidez el manido conflicto del cuarto poder. Mientras que para el periodista los servicios informativos son una responsabilidad ética y tienen capacidad de denunciar al político y formar al ciudadano, para el director de un incipiente conglomerado mediático –no es casual la parada del ascensor en la planta de la Columbia Records– la televisión es un medio más para hacer dinero, un producto que debe ser explotado pero que depende de concesiones políticas.  En resumidas cuentas, con o sin comunistas lo que muestra Buenas noches, y buena suerte es la tensión existente desde siempre entre dinero y ética en los medios de comunicación. Desde la perspectiva de un humilde servidor Clooney deja claro en la cinta que el camino no es fácil pero que por encima de un sueldo y una casa más grande está el deber de informar de manera veraz y alejarse de clientelas políticas y esta es, sin lugar a dudas, una gran responsabilidad. Tweet