Músculo piramidal y running

Por Rafael @merkabici

El músculo piramidal es un músculo pequeño que conecta el sacro con el trocánter del fémur, y es el músculo que permite que el muslo pueda separarse de la pierna hacia afuera.

Por lo tanto el músculo piramidal tiene mucha importancia a la hora de practicar, ya que cuando se está corriendo por terrenos que son muy irregulares o con zancadas demasiado amplias. Al correr de este modo se produce mucha tensión en la columna, y esta tensión se transmite a la pierna, sobrecargando el músculo piramidal, y produciéndose lo que se denomina síndrome del piramidal.

Cuando esto ocurre la sensación que se tiene es de pinchazos en el glúteo, que serán mayores cuanto mayor sea la zancada.

Estos pinchazos producidos por la sobrecarga del músculo piramidal no se deben confundir con el dolor del nervio ciático, ya que este comienza en la espalda y puede llegar hasta los dedos de los pies recorriendo toda la pierna. El dolor del síndrome piramidal se concentra en el glúteo.

Aunque hemos comentado anteriormente que correr por terrenos irregulares y zancadas demasiado amplias pueden provocar esta sobrecarga en el músculo piramidal, la principal causa es permanecer demasiado tiempo sentados. Por ello es recomendable que las personas que por su trabajo tengan que estar demasiado tiempo sentados cambien de postura cada cierto tiempo para evitar la sobrecarga de este músculo.

Prevención del síndrome del músculo piramidal

La mejor prevención para evitar sufrir esta lesión son los estiramientos, tanto antes como después de cada sesión de running.

En el siguiente vídeo se muestran algunos estiramientos que podemos realizar.


Pero también podemos prevenir esta lesión fortaleciendo muscularmente la zona del gúteo con trabajo en gimnasio o en casa.


Y por último una técnica adecuada a la hora de correr, en la que las zancadas no sean demasiado grandes también nos ayudará a prevenirlo.

Tratamiento del síndrome del músculo piramidal

En el caso de que la lesión ya se haya producido lo primero que hay que hacer es dejar de correr, andar o realizar cualquier ejercicio o actividad que nos cause molestias en la zona.

Como en cualquier sobrecarga muscular de otro músculo es importante aplicar hielo en la zona para reducir la inflamación del músculo piramidal.

Si con las recomendaciones anteriores el dolor persiste lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta. Este profesional realizará un masaje adecuado en la zona afectada para reducir la inflamación muscular.