Muse (2015) Bilbao BBK Live

Por David Gallardo @mercadeopop
Bilbao tiembla con la violencia infinita de Muse
Lugar: Kobetamendi. Bilbao
Fecha: 11 julio 2015
Asistencia: 40.000 personas
Precio: Desde 55 euros
Después de llevar al límite termodinámico sus desvaríos electrosinfónicos, Muse han optado por un viajo de retorno a sus raíces rockeras despojándose de faraónicos montajes escénicos para presentar las canciones de su reciente disco 'Drones' propinándote un contundente puñetazo en tu sangrante rostro.
Con el desafiante Drill Sergeant y la pegada categórica de 'Psycho' comienza una velada que encadena las piezas más salvajes de Muse, pim pam pum, una detrás de otra, sin apenas respiro ni descanso, con los músicos perfectamente uniformados de riguroso negro comandados con ese pequeño gran dictador del rock del siglo XXI que es Matthew Bellamy, puro vigor escénico a duras penas contenido.
Pero claro, quien se va a contener cuando maneja una maquinaria demente de vátios que lanza a las 40.000 personas presentes temas como 'The handler', 'Plug in baby', 'Dead inside' y 'The resisance', generando una suerte de demencia colectiva que bien podría haber derivado en la muchedumbre conjurándose en la cima del monte Kobetamendi para bajar a conquistar Bilbao arrasando todo a su paso antorchas en mano con ciega miliciana entrega.

FOTOS DE ALFREDO RODRÍGUEZ

Esto último no es más que una idea que se pasó por la mente al bajar caminando después de un concierto en el que también hubo tiempo para el despiporre instrumental de Christopher Wolstenholme y Dominic Howard, base rítmica pétrea y efectiva sobre la que vuelve a cabalgar el vivaracho torrente de Matthew Bellamy en 'Hysteria' (con riff de 'Back in black' de AC/DC), 'Citizen erased' y 'Apocalypse please'.
Con el público ya más que de sobra en su mano, se desata el karaoke colectivo en 'Starlight' y explota en mil añicos el epicentro de la épica del rock en 'Time is running out'. 'Mercy', que bien puede ser una mezcla de las dos anteriores, nos obliga a levantar los puños, cerrar los ojos y mordernos los labios antes de que 'Reapers' recuerde a la concurrencia lo alocadamente bueno que es Bellamy como guitarrista.
Y si queríais épica, Muse golpea para concluir con todo un trato de heróica grandilocuencia con un cierre con la dupla 'Uprising' y 'Knights of Cydonia', durante la cual se constata que por donde pasa el trío británico no vuelve a crecer la hierba, básicamente porque la enajenación que generan en sus parroquianos les lleva a comérsela a bocados en pleno delirio de fanatismo.
Y así, en algo más de hora y media, el martillo pilón de Muse finiquita una velada intensa, frenética y violenta que fue todo un atracón de épica a volumen brutal, reconfirmándose así que el trío británico es la banda de rock del siglo XXI.