Museos en Madrid hay muchos, y entre los más descollantes se halla el que presento hoy. El Museo Arqueológico de Madrid me recibe tras la metálica verja negra que da acceso a una fachada colosal, vigilada por dos centinelas esfinges sedentes aladas de color azabache, me recibe, decía, con un acopio inconmensurable de acicates de bien dispar laya.
Comienzo esta aventura de puro descubrimiento descendiendo a la planta -1, donde me espera la exposición temporal dedicada al hundimiento de la fragata española Mercedes cuando regresaba a Cádiz con los tesoros recabados en Perú. El pecio, abatido el 05/10/1804 por la nave inglesa Amphion, a las órdenes del comandante Graham Moore, quedó sepultado bajo las aguas costeras del Algarve portugués con un cargamento valiosísimo expoliado en Mayo de 2007 por la empresa cazatesoros Odyssey Marine Exploration.
La exposición recoge copioso material escrito, audiovisual, cuadros, paneles informativos donde se detalla la tragedia del navío que partiera de El Ferrol un 27 de Febrero de 1803 para toparse con un destino aciago e inesperado frente a la beligerante armada naval inglesa.
Subo a la planta 0 en pos de los pasos gastados de la prehistoria, cuyos orígenes me llevan a África hace entre 6-7 millones de años. En la planta 1 se abre ante mis ojos la protohistoria (S.XI al I a.c). Es el santuario de griegos, fenicios, íberos, celtíberos, romanos…
Me quedo enamoriscado de inmediato de la belleza singular e indefinible de “La Dama de Elche”. Pese a su color casi lechoso era originariamente policromada, y vítreos sus ojos. No menos atrayente es también “La dama de Baza”. Hallada en Granada, es una representación de la mujer de la aristocracia.
VÍCTOR VIRGÓS. WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM