MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MADRID
CRUCIFIJO DE DOÑA SANCHA Y DON FERNANDO, CONFECCIONADO EN ESTILO ROMÁNICO, MARFIL.
BOTE DE ZAMORA
Mejora si cabe mi recorrido en el área dedicado a Hispania (S.III a.c I d.c)
Me dejan boquiabierto los mosaicos romanos, como el de “Llegada triunfal de Baco”, del siglo II, o también, de la misma época, “Mosaico del genio del año”, y por supuesto, el fascinante “Los trabajos de Hércules”, siglo III.
De lo más relevante en esta área, así viene designado en el folleto que porto, es la magnífica efigie en mármol de Livia Drusila, esposa del emperador Augusto y madre de Tiberio.
En el recinto dedicado a Al-Andalus, nada es desdeñable, todo es excelso, como la sublime perfección del Bote de Zamora, una talla de marfiles de Madinat al-zahara que le regalara a su súbdita favorita, Subh, el califa Al-Hakam II.
Accedo a la planta 2 para “emboscarme” en el medievo y los reinos cristianos, siglos VIII-XV. Es inevitable estremecerse de placer ante el prodigio de la Silla de manos del siglo XVIII, con esa ornamentación áurea tan prolija y deslumbrante. Descubro maravillas a cada paso que doy en este museo, otrora casino de la reina en tiempos vetustos, en la lejanía, más allá del año 1847. Sería en 1867 cuando la reina Isabel II lo inaugurara para el cometido al que fielmente sirve hogaño.
Oriente Próximo antiguo me embruja con sus amplias salas de temática egipcia y griega. Como nota singular culmino este periplo en la Sala de dinero y moneda. Es curioso toparse con billetes de Cataluña emitidos el 25 de Septiembre de 1936. Mucho más peculiar, sin embargo, y macabro, es el “hallazgo” de los billetes rituales del Banco del infierno, del siglo XX, utilizados únicamente en China para uso exclusivo de los difuntos.
MÁSCARA CAURI
EL DINOS DE LAS BODAS DE TETIS Y PELEOSalgo al exterior del museo, donde me espera una interesante gruta, fiel remedo de la cueva de Altamira.