Esta pregunta (en principio profunda y complicada) tiene respuesta, y la podemos encontrar en la acción que realizó el Museo del Niño (Children's Museum) en Chicago. Construyeron una tienda de juguetes, donde los niños, una vez que entraban dentro, encontraban que no habían juguetes, sino cajas que tenían que personalizar y decorar a su gusto, ponerle imaginación y convertirlas en lo que quisieran.
Aunque más de un infante se llevara al principio un "chasco", los resultados fueron positivos, ya que la intención era que los niños se divirtieran...¡y lo hicieron con creces! Y si no te lo crees, mira este vídeo-resumen de la campaña:
Bajo mi punto de vista es una acción relativamente sencilla donde se ha sabido transmitir la idea de pensar en la infancia no como una época llena de juguetes, sino como un periodo de nuestra vida donde la imaginación es la que tiene el poder.
Visto en: Creative Criminals