El mesón "El Cid", a parte de ofrecernos sugerentes y diversos menús, nos permite la posibilidad de visitar de forma gratuita el Museo Etnológico, en la que se nos muestra en un recorrido por diversas salas, varios objetos de labranza, y mediante la reproducción de distintas estancias de una casa nos transporta a una época de la historia entre los siglos XVIII y XX, ofreciéndonos la posibilidad de imaginarnos como era la vida de los morateños en esa época.Antes de entrar en el museo nos encontramos con una colección de carros de la época.
En una de la salas se muestra un dormitorio de la época. Y custodiado por una vitrina, vemos una de los vestidos de boda de la época que a diferencia de los actuales éstos eran negros
En otra sala se representa lo que sería una sala de estar
También nos muestran como eran algunas de las herramientas empleadas en distintos oficios
Nos enseñan como eran las escuelas
Otras salas del museo están destinadas a mostrarnos diversos objetos de la Guerra Civil Española concretamente de la batalla del Jarama, encontrados en los olivares de Morata, en cuya busqueda colaboraron muchos morateños, como ha sido el caso de Goyo Salcedo, No todo fue encontrado, sino que también algunos excombatientes entre ellos algunos brigadistas han donado algunos objetos, así como familiares que también hicieron lo mismo con algunos objetos que tenían en posesión.
En sus estanterías se exponen miles de objetos y documentos tanto de los nacionales como de los republicanos. Podemos ver objetos personales, salvoconductos, cartillas de racionamiento, mapas, fotografías, octavillas, cascos atravesados por metralla, morteros, restos de latas de comida, mecheros, botellas, periódicos de la época, monedas, billetes, hebillas, botones, sables, picos y palas de los zapadores etc.....
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Cerca de la entrada a museo se encuentra expuesto uno de los cañones empleado en la batalla
En el museo se puede ver una parte de la batalla del Jarama, en la que las tropas rebeldes intentaron cortar la carretera de Valencia desde Valdemoro y Aranjuez, atravesando los altos que separan el valle del Tajuña del valle del Jarama. Lo que hubiese supuesto un estrangulamiento de los posibles abastecimientos de una ciudad casi cercada, como se encontraba Madrid.Recomiendo a todo aquel que se pase por Morata de Tajuña, no se quede sin visitarlo. Merece la pena darnos un paseo por nuestra historia.