Museo Santa María de Fe. Misiones. Paraguay

Por Javier Cabral
Esplendor del barroco guaraní

Estatuas de Cristo de la columna


Del Itatin al Paraná. El pueblo de Santa María de Fe proviene de la reunión y traslado de varias poblaciones guaraníes obligadas a emigrar por el acoso de los bandeirantes portugueses que esclavizaban a los indígenas.
Las misiones jesuíticas de San José de Ycaroig, Ángeles de Taruaty, Encarnación y Apóstoles San Pedro y San Pablo habían sido fundadas en lo que es hoy territorio brasileño, se integraron a las reducciones franciscanas de Caaguazú y San Benito que luego de ser encomendadas a los jesuitas fueron renombradas como San Ignacio y Nuestra Señora de la Fe del Taré.
En 1647 una nueva invasión los obligó a trasladarse más al sur. Tras un efímero regreso a su territorio original en 1669 la misión de Santa María de Fe se mudó definitivamente a la región cercana al río Paraná.

La antigua iglesia. La antigua iglesia de Santa María de Fe era una construcción rectangular con techo a dos aguas que se sostenía por medio de grandes pilares de madera. Los muros perimetrales eran de adobe, el cielo raso de madera y la escalinata de piedra.A su izquierda tenía una torre campanario en madera con techo piramidal.

Virgen del encuentro

Según los documentos, en su interior tenía seis retablos dorados y 24 espejos grandes “repartidos por toda a iglesia”, nueve grandes pinturas, un órgano, dos confesionarios y diez campanas.Como la mayoría de las iglesias misioneras, tuvo que ser reparada y en parte reconstruida en varias oportunidades.La última reedificación la realizó el maestro Tomás Mármol en 1804. La antigua iglesia se derrumbó hacia 1890. Fue reemplazada por una sencilla construcción que oficia actualmente de parroquia de la localidad.

Sala del nacimiento

La creación del museo. En 1980 la Fundación alemana Paracuaraia reconstruyó varios bloques de las antiguas casas de indios guaraníes para la sede del museo.

Santa María de Fe

Antiguo altar mayor. El retablo realizado con madera policromada ocupaba toda la pared de la nave central de la iglesia.

Iglesia parroquial

La presidía la imagen de la Virgen en su advocación de Santa María de Fe de más de dos metros de altura, que actualmente se encuentra, con el sagrario, en la iglesia parroquial.

Santa María de Fe en la iglesia parroquial

En el retablo, la Virgen estaba en medio de sus padres, Ana y Joaquín, cuyas estatuas en madera se encuentran en la sala del museo dedicada al nacimiento de Jesús.

Santa Ana

San Joaquín

En el piso superior del retablo estaban representados, como corresponde a una iglesia de la Compañía de Jesús los tres santos jesuitas más populares: San Ignacio fundador de la Compañía de Jesús, San Francisco Javier primer misionero jesuita y San Francisco de Borja iniciador de la misiones en el Paraguay.Algunas estatuas de madera policromadaVirgen de la Candelaria. De 1720. Es una representación de impresionantes pliegues barrocos. Se han perdido los dos atributos que la distinguían: la candela, cirio o vela, de su mano derecha y el Niño Jesús de su brazo izquierdo. 

Virgen de la Candelaria

San Sebastián. De un escultor anónimo de las misiones jesuíticas guaraníes. Madera dorada y policromada. Silgo XVIII.San Sebastián fue un soldado nacido en Milán en el año 260. Perseguido por ser cristiano, fue condenado por el emperador Dioclesiano a morir traspasado a flechazos. Milagrosamente el santo sobrevivió y el empedrador mandó decapitar. Luego hizo arrojar su cuerpo a la cloaca máxima de Roma.En la iconografía. Aunque estamos acostumbrados a ver a San Sebastian siendo torturado a flechazos, el artista guaraní se ha decidido por una representación apacible del santo militar. Vestido de uniforme y casco muestra tres flechas de su martirio. 

San Sebastian

Arcángel Miguel venciendo al demonio. Atribuido a José Brasanelli. Comienzo del siglo XVIII.San Miguel fue nombrado Patrono de la Misiones jesuíticas de los guaraníes.Iconografía. El artista nos muestra a un sereno Arcángel Miguel vestido a la romana a punto de asestarle la estocada final a un demonio en forma de enorme serpiente.La figura ha perdido la balanza que llevaba en su mano izquierda y con la que San Miguel pesará las almas en el juicio Final.En la otra escultura, el demonio tiene forma humana, pues los así lo entendían los guaraníes.

Las estatuas de San Miguel

Santa Bárbara. No existen datos históricos concretos. La tradición señala que en Nicomedia, actual Turquía. Su padre “para evitar las miradas masculinas” y para evitar que se haga cristiana la encerró en una torre de la cual escapó varias veces. El padre al final la decapitó.Iconografía. El artista ha representado a Santa Bárbara con ricas vestiduras. En su derecha lleva el cáliz de Cristo y con su izquierda sostiene una maqueta de la torre en que fue encerrada y la palma del martirio. 

Santa Bárbara

Santa María Magdalena. Autor anónimo. Siglo VIII.Esta figura de María Magdalena aunque está inspirada en la Santa Bárbara de Brasanelli tiene las particularidades que la distinguen: los ricos ropajes de cortesana y el frasco de aceite perfumado, con el que ungió a Jesús. 

Santa María Magdalena

San Pedro. Se lo representa con la tiara papal en forma de cono con tres coronas superpuestas. En su pecho lleva el palio: una larga banda de lana blanca, en su mano izquierda el cayado pastoral con la triple cruz y en su derecha las llaves del Reino de los Cielos que el mismo Jesús le entregó. 

San Pedro

Santos mestizos. Se tienen dos pares de estatuas, una pequeña y otra mayor, de San Estanislao de Kostka San Luis Gonzaga que muestran el proceso de enseñanza.

San Luis Gonzaga

San Luis Gonzaga

Las estatuas pequeñas son del maestro José Brasanelli son del siglo XVII y sirvieron de modelo para la elaboración por artesanos guaraníes anónimos, de las estatuas mayores que poseen un rostro más mestizo que las pequeñas

San Estanislao de Kostka

San Estanislao de Kostka

El rostro con rasgos mestizos también se puede observar en la Virgen del Encuentro y otras obras.

San José con el niño Jesús. La barroca torsión del cuerpo del niño está a tono con el gran vuelo de las vestiduras de José que, a diferencia de la iconografía tradicional, está representado como un hombre joven

San José con el Niño

Monos. Si los museos no le emocionan, en la plaza del frente podrá entretenerse con los monos que habitan en los árboles.

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