Museos de comida plástica, la nueva pasión en China

Publicado el 06 febrero 2014 por Datos Reales @datosreales1

China siempre fue un país amante del buen comer, y recientemente también ha empezado a mostrar un gran interés por su herencia culinaria. La inquietud por documentar esta pasión ha hecho proliferar los museos dedicados exclusivamente la comida. En la mesa redonda, un banquete de más de 40 platos, que incluyen exquisiteces legendarias tales como una garra de oso, lenguas de pez, gato civeta al vapor con peras y sopa de nidos de pájaro.
Todo se ve muy apetitoso pero, desafortunadamente, nada es comestible.

El gran despliegue, que rota lentamente ante los ojos del visitante, fue hecho con plástico coloreado.

Ésta es una reconstrucción de los platos que se degustaron en el banquete más famoso de la historia china: la gran comilona Man-Han (entre los manchúes y los chinos han), de la corte de la dinastía Qing.

Se dice de ella que representó el culmen de las virtudes culinarias de los han y sus conquistadores manchúes.

Se trata de auténticas exposiciones que exhiben y documentan las mil formas en que los productos chinos han pasado por los fogones a lo largo de los siglos.
Un museo millonario

El museo de la cocina en la ciudad de Hangzhou, en el centro-este del país, es uno de un creciente número de museos de comida en China, pero quizá es el más magnífico.

Ocupa un amplio espacio en las pintorescas colinas que se extienden a las afueras de la ciudad y el costo de su construcción fue de casi US$30 millones.