El compositor ruso Viktor Suslin admiró siempre la obra de una de sus compatriotas, Galina Ustvólskaya, de quien afirmó que fue una de las voces desde el "agujero negro". Este agujero era San Petersburgo, renombrado como Petrogrado y Leningrado en el siglo XX y que fue, durante décadas, escenario del horror y la represión estalinista. Galina no quiso abandonar su ciudad natal. Tampoco sus ideales, ajenos al régimen comunista al que no quiso vender su arte, aunque la desesperación del hambre la obligó en alguna ocasión a hacerlo. La opacidad de la Unión Soviética mantuvo escondido el arte musical de esta mujer solitaria que sólo al final de su vida empezó a ver reconocido su talento.
Galina Ivánovna Ustvólskaya nació el 17 de junio de 1919 en San Petersburgo, conocida entonces como Petrogrado. En 1926 inició su formación musical en la escuela Leningrad Capella donde aprendió composición y a tocar el violonchelo. Diez años después, continuó estudiando en la universidad hasta que en 1939 ingresó en el conservatorio de Leningrado donde empezó a recibir clases del prestigio y exigente compositor Dmitri Shostakóvich.
La Segunda Guerra Mundial supuso un paréntesis en sus estudios y en su vida en Leningrado de donde tuvo que ser evacuada en 1941 junto a su familia y no pudo regresar hasta 1944. Después de graduarse en el conservatorio, fue admitida en el Unión de Compositores donde continuó perfeccionando sus habilidades musicales. En 1947 empezó a dar clases en la escuela de música Leningrad Rimsky-Korsakov donde permanecería durante cinco décadas y supuso un alivio para su precaria situación económica.
Galina destruyó las composiciones que hizo para el régimen estalinista. Las que prevalecieron llevaban apuntado en el margen, "por dinero".
En la década de 1950, las composiciones de Galina empezaron a tener un éxito considerable y su maestro Shostakóvich no sólo cayó rendido a sus pies a nivel profesional, también a nivel personal. Cuando se quedó viudo, le pidió a Galina que se casara con él a lo que ella se negó. La estrella de Galina empezó a declinar cuando rechazó formar parte del elenco de compositores que regalaban su talento en favor del régimen estalinista. Galina nunca tuvo ningún interés por la política pero tampoco estaba dispuesta a seguir los dictados soviéticos.
Sin embargo, la necesidad le obligó en alguna ocasión a ceder a sus ideales. Las composiciones que hizo para el régimen fueron destruidas y las que prevalecieron llevaban apuntado en el margen, "por dinero".
La obra de Galina Ustvólskaya es difícil de catalogar, expresiva y con altas dosis de espiritualidad. Con una vida solitaria, teniendo a la música como única y fiel compañera en el San Petersburgo natal que nunca quiso abandonar, compuso sinfonías, conciertos de cámara y obras para piano y tan sólo viajó en escasas ocasiones para dar conciertos.
A finales de los años ochenta, con la caída del régimen soviético, la obra de Galina salió del agujero negro en el que había permanecido durante décadas y empezó a ser interpretada por muchas ciudades europeas. Galina Ustvólskaya falleció el 22 de diciembre de 2006 en San Petersburgo.
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