Debutó a los 6 años y comenzó como profesional, casi sin darse cuenta, a los 9. En peñas y bares donde lo llevaba a cantar su papá con músicos que lo acompañaban. Ese período fue básicamente de folclore tradicional. Luego, con sus primos, también músicos, comenzó a investigar otras formas de tocar y cantar folclore.
Con ellos en 1997 grabó su primer disco al que llamaron como el grupo “Proyecto 3”. Con una instrumentación más cercana al rock (bajo, guitarra eléctrica y batería). Al año siguiente se presentaron en el escenario de Cosquín. En un principio la gente los miraba horrorizada, pero en cuando comenzaron a tocar los ánimos se calmaron porque sonaban muy bien.
Su segundo álbum se editó en 2003, con material más cercano al folclore clásico y ya como solista. También lo presentó en la meca del folclore en Córdoba. Esta vez gracias a resultar finalista en el Pre Cosquín, representando a Buenos Aires. A partir de allí se presentó en todas las ediciones del festival. Algunas veces en el escenario mayor, fuera del horario de televisión, y en otras ocasiones en las peñas que también maneja la comisión organizadora. Tanto en verano como en la versión de invierno (también conocida como El Cosquin de peñas).
En un comienzo los folcloristas tradicionalistas lo miraban de costado por ser de Buenos Aires. “Si sos porteño para ellos deberías cantar tango, si sos correntino chámame y si sos Santiagueño chacarera. En el folclore todavía está ese prurito. Como si Homero Manzi no fuese santiagueño y escribía tangos, o como si no hubiese excelentes bandas de rock en Salta o Tucumán. Eso hizo que un día pusiera que era la voz porteña del folclore”, comenta Omar Pérez
Su actualidad pasa por la edición de su cuarto trabajo discográfico al que tituló “Historias cabales”. Esta vez el material está más cercano a la canción ciudadana. La intención fue salir de lo tradicional y hacer algo que lo representase mejor. Los músicos que lo acompañaron no provienen del folclore. El bandoneón, que suena en casi todos los temas, está ejecutado por músicos tangueros. La base es con bajo eléctrico y la percusión fue con batería, con alguna coloratura sonora con bombo tradicional. También hay algunas cosas con saxo y clarinete. El álbum es un abanico de distintos estilos dentro de la música popular. Y las letras son testimoniales.Perez comentó: “la búsqueda para este disco tiene que ver con el lugar de donde provengo. Nací en Parque de los Patricios, mi viejo es porteño y mi vieja del campo. Pero los dos escuchaban folclore”.
El video promocional es “Milonga triste”, tema que abre la placa. Con dibujos a cargo de Emanuel Tovillas, dirección de cámaras y edición de Daniel Castiglioni y dirección general de Claudio Martínez
Los padrinos folcloristas
A fuerza de ir todos los años a Cosquín, Omar Pérez y sus músicos, terminaron como padrinos de un hogar de ancianos. Todo comenzó cuando en una ocasión fueron a ensayar al hogar Nuestra Señora de Luján. La idea era probar el material y de paso distraer y divertir a quienes estaban allí. A partir de la aceptación, cada vez que volvían a la ciudad cordobesa se reservaban una fecha para pasar a saludar y hacer “una tocada” para los viejitos. Todas esas visitas terminaron en el nombramiento oficial de padrinos del hogar.
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También se lo puede escuchar en Spotify como Omar Pérez