Imaginación, hilo, cuentos tradicionales y miles de registros en “Retahilando”
El domingo pasado, 10 de enero, se presentaba en el Auditorio Municipal de Chapinería el juego dramático y musical “Retahilando” de Eugenia Manzanera e Iovis Fernández, un espectáculo de una hora aproximada de duración que propone a través del color, la música multi-instrumental y decenas de registros diversos tanto en narración como en canto un viaje a través de los cuentos más clásicos, las canciones populares y las retahílas más conocidas.
El título, “Retahilando”, ya es en sí mismo un estupendo juego de palabras que nos puede ofrecer algunas claves para intentar adivinar qué vamos a tener sobre el escenario (aun así el espectáculo es siempre capaz de sorprenderte). Hilvanado con hilos de todos los gruesos y colores, cosido con cuentos como Caperucita Roja y aderezado con toda clase de retahílas y canciones estamos ante un espectáculo con una puesta en escena realmente atrayente y divertida. Casi una decena de personas han trabajado muy duramente en el montaje y representación de una actuación que ahora se pone a disposición de colegios, centros culturales, bibliotecas o teatros para llenar de magia, cuentos, música e imaginación las mentes de aquellos que tengan la fortuna de disfrutarla.
Con poemas de Antonio Rubio, Ana Lluhc y Raúl Vacas, textos de la propia Eugenia Manzanera y recopilaciones de cuentos clásicos recogidas por Ignacio Sanz o Joaquín Díaz, el espectáculo ha contado con la colaboración y el trabajo de Magdalena Labarga, Silvia Carbonell, María Riera y Melanera. Aunque lo que queda para aquellos que lo vemos es el magnífico duelo entre la voz, la gracia, los gestos y los registros infinitos de Eugenia Manzanera y el siempre impresionante Iovis Fernández, capaz de esgrimir cualquier instrumento musical y de acompañar, corregir o debatir con la actriz protagonista.
Un espectáculo que invita a soñar, que permite olvidar todo lo que nos rodea durante una hora y que deja en aquellos que lo han disfrutado una amalgama de cuentos clásicos, canciones de siempre, resquicios imposibles por los que se cuela la imaginación, hilos coloridos, juegos compartidos y momentos inolvidables.
PD. Ambas fotografías son "robadas". Esta tarde (o mañana), las cambiaré por las propias...