Música y niños: una forma de comunicación

Por Belen
En mi familia no tenemos tradición ni formación musical, ni tan siquiera una especial devoción por ella. Pero estando embarazada, y sin haber leído nada sobre el tema, se me ocurrió que sería buena idea escuchar las Serenatas de Mozart. Me relajaba, me hacía sonreír, me adormecía….. y pronto comencé a notar que mi bebé, en mi vientre, reaccionaba positivamente cuando las notas comenzaban a sonar. Mi madre me decía que estaba un poco loca, cuando contaba que sus pataditas iban al ritmo de la música. Y cuando nació, y comenzó a escuchar de nuevo aquellos acordes, seguían las muestras de alegría, los bailes en su cuna, las sonrisas. Ahí empezó nuestra historia de amor con la música. Mozart, Bethoven, Pachelbel, Teleman y otros autores fueron amenizando nuestros días. Y cuando Rayo cumplió dos años se me ocurrió que quizá deberíamos ir más allá.
No fue fácil (en aquel entonces no había tantas escuelas infantiles de música como ahora) pero encontré una escuela diferente, ... sigue leyendo