Veamos lo que tiene que decirnos el cartel de 'It's Always Fair Weather'. Gigantesca, lo es. Musical, también. De la Metro Goldwyn Mayer, indudablemente; ¿de qué otro estudio podría ser si no un musical de los años 50 dirigido por Donen y Kelly? Pero alegre, lo que se dice alegre, me temo que no. Como era de esperar, los publicistas de la MGM no iban a contarnos que se trataba de una película triste y amarga cuando precisamente el trademark de los musicales de la Metro era la diversión y el entretenimiento.
Lo que iba a ser originalmente una segunda parte de '
On the Town' acabó por convertirse en un film verdaderamente atípico. Los compositores y guionistas Adolph Green y Betty Comden tuvieron que cambiar el guión debido a que ni Jules Munshin ni Frank Sinatra se encontraban disponibles para interpretar de nuevo a dos de los tres marineros que, años después de disfrutar de su "día en Nueva York" y una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, regresan a definitivamente a casa. Para mí que Sinatra, que en 1954-1955 ya volvía a tener el mundo a sus pies, pasó completamente de hacer de "secundario" de Gene Kelly pero esa, como diría Moustache en 'Irma la Douce', es otra historia. Michael Kidd, conocido sobre todo por su labor como coreógrafo, y Dan Dailey completaron junto a Cyd Charisse y Dolores Gray el elenco protagonista.El resto, mejor que lo descubráis vosotros si aun no la habéis visto porque por poco que explique echaría a perder todo lo que hace a 'It's Always Fair Weather' una película tan especial. Por si lo dudáis, no faltan números musicales memorables (excepcionales Bailey y Kidd), ni grandes dosis de humor (de lo más ácido) y aunque no haga falta decirlo, la pareja formada por Gene Kelly y Cyd Charisse transmite la misma magia que en 'Singin' in the Rain' y 'Brigadoon'