Un musulmán, devoto religiosos del Islam, entregó su historia a Cristo en la iglesia tras escuchar el mensaje del Evangelio. El hombre tenía planeado interrumpir el culto, pero la Palabra de Dios tocó su corazón y comprendió que Jesucristo es el Señor.
Los cristianos de Asia Central, especialmente los ex musulmanes convertidos al cristianismo, viven bajo una creciente persecución de una diversidad de fuentes, de dictaduras a una cultura circundante por lo general dominada por el Islam. En varios de estos contextos, ser un seguidor de Jesús es increíblemente difícil. Pero varios dan testimonio que Jesús tiene el poder de tocar los corazones en algún contexto y cambiar vidas.
Roman (nombre cambiado por seguridad), un musulmán devoto en Kazajstán, se dedicaba de hacerles la vida imposible a los cristianos que habían abandonado el Islam. Él los consideraba “traidores de la fe verdadera“.
“Consideraba traidores a todos los cristianos que dejaron el islam por Jesús”, dice.
Roman no tenía ningún inconveniente en confrontar, retar y perseguir a los cristianos. Les hacía cuestiones sobre su fe en Jesús, con el propósito de hacerlos tropezar e incluso cuestionar sus novedosas creencias.
Roman dio un paso más para expresar su devoción al Islam, durante el Ramadán. Se ha propuesto proceder a una iglesia bautista con el único propósito de interrumpir el culto a los “traidores de la fe verdadera“.
“Fui al culto de aquella iglesia porque me consideraba un musulmán devoto.Quería probar mi fe en Alá, interrumpiendo lo que yo consideraba una traición al Corán”, ha dicho.
Roman llegó a la iglesia, se sentó y comenzó a reflexionar cómo iba a realizar su plan. Cuando el culto comenzó y el cura empezó a predicar, Roman no ha podido llevar a cabo lo que había planeado. Él no podía levantarse para boicotear el culto. El mensaje que oyó de parte del pastor, llegó a su corazón y fue quebrantado.
“Por primera oportunidad escuché de un Dios que me amaba. Jamás supe que el Dios Todopoderoso me amaba, aunque yo no sea especial”, ha dicho el ex musulmán a Open Doors.
El sermón que Roman escuchó aquel día, enfocando el cariño, la misericordia y el perdón, cambió su corazón de corazón de perseguidor de cristianos. Entonces sucedió lo que él jamás esperó: lágrimas han comenzado a caer de sus ojos, se arrepintió y elevó oraciones a Jesús con gozo y alegría.
El hombre que había dedicado su historia a perseguir cristianos, se convirtió en fan de Jesús. “Nunca más volveré a la fe musulmana”, ha dicho Roman.