Muy pronto vendrá el auxilio…

Por Perfumedecristo R. Elisabet

DESDE LA INHÓSPITA TRINCHERA…

Por gracia de Dios inmerecida, me encuentro en esta inhóspita trinchera, leyendo, estudiando y meditando verdades de Fe hasta ayer desconocidas.

Mis antiguos jefecillos y priores, mis antiguos amigos y camaradas, engañando y dejándose engañar como viles traidores, han decidido pasar a guillotina a todo aquél que demuestre desconfianza y valentía.

Creyendo poseer la Verdad íntegra y eterna, por haber sido hijos fieles de la Santa Iglesia, han decidido quedarse con los templos, y formar parte de la bastarda nueva iglesia.

No importa lo que dure la batalla, nuestros padres sufrieron y vencieron, Nuestro Señor y Nuestra Madre nos auxilien, y la Divina Providencia nos reconforte y nos asista.

Pronto, muy pronto vendrá el auxilio, las vírgenes prudentes entrarán al banquete con Su Esposo, y las vírgenes necias con lámpara y sin aceite, llorarán donde está el crujir de dientes.

Dios mío, Dios mío, llévanos contigo al Cielo. No permitas que los nuestros sucumban antes de tiempo.

Que Tu Bandera sea siempre la nuestra. Que Tu Pasión sea nuestro único aliciente. Derrama sobre esta inhóspita trinchera, Tu gracia, Tu poder y Tu Misericordia, para que resistamos con paciencia y fortaleza, y nuestro premio sea la gloria.

El enemigo a cara descubierta ó disfrazado, arrecia por todos lados muy acelerado, porque sabe el poco tiempo que le queda: vendrá Cristo Rey con sus Legiones, a poner orden y fin a las pasiones.

Tengo miedo Señor y Tú lo sabes, de negarte y preferir ser un cobarde. Ayúdame, no me desampares, que el camino es largo y temo llegar mal y tarde.

Para remediar tanta desazón y angustia, acudo cada día a Ti en la Santa Misa, y al recibirte en la Santa Eucaristía, recibo siempre esta sabia y santa divisa:

“Resiste, sé fuerte y guarda lo que tienes.

Vengo pronto, ten paciencia y ora con confianza. Los tiempos se acortan, mantente en pie y con fortaleza, y piensa en Mi Pasión con más frecuencia.

Mi Sagrado Corazón te fortifique, mis Llagas te sirvan de escudo y de refugio, mi Madre Santísima te cuide y te cobije y así protegido, velando y orando noche y día, me veas venir en Mi Segunda Venida.

Vengo pronto, muy pronto, haz de advertirlo, aunque te crean desesperanzando y abatido, como decía siempre mi hijo, mi amigo el padre Castellani, lo importante no es vencer, sino no ser vencido”.

Tomás Moro

“Para la Fiesta de Santa Margarita María de Alacoque”