Porque nuestra vida no solo nos pertenece a nosotros... la felicidad, la tristeza, la dicha y el dolor se aleja pronto para aquellos que nos dejan pero inevitablemente se mantiene por mucho más tiempo en los corazones de aquellos que se quedan. Hoy nos pondremos un poco más sensibles y nos adentraremos a la despedida que es... My Broken Mariko.
My Broken Mariko es una obra publicado en 2019 por la mangaka Waka Hirako, autora de trabajos previos como "Yiska" o la más reciente "Tenrai-sama to ningen..." el primero en formato one-shot y el segundo constando de 4 capítulos al igual que la obra en turno. En ese sentido, My Broken Mariko continua con el estilo sobrio, crudo y bastante adulto de la autora, convirtiéndose no solo en un relato sobre suicidio sino más bien (y principalmente) en una carta para aquellos que quedan atrás ...
"Tomoyo Shiino ha apoyado a su amiga Mariko durante años de abuso, abandono y depresión. Por horribles que sean sus circunstancias, su amistad ha sido una constante tranquilizadora en la vida de Mariko, y también en la de Tomoyo. Eso es, hasta que Tomoyo es completamente sorprendida por la noticia de la muerte de Mariko. En vida, Tomoyo se sintió impotente para ayudar a su mejor amiga a salir de la oscuridad que finalmente la llevó al límite. Ahora, Tomoyo está decidida a liberar las cenizas de Mariko para un viaje final juntos ... para liberar a su querida y rota Mariko."
La historia de My Broken Mariko nos introduce en la monótona y algo gris vida de Tomoyo Shiino, una joven de veintitantos que pasa los días entre su solitaria casa y su aburrido trabajo como oficinista. Sin embargo, esa aparente tranquilidad está por terminar cuando un día durante el almuerzo, Tomoyo se entera a través de las noticias de un terrible suceso: Su mejor amiga, Mariko Ikagawa ha muerto... o mejor dicho, se ha suicidado. Y entonces, así como así, Tomoyo hace lo único que se le ocurre en el momento: actuar normal y sin reflejar tristeza alguna, o al menos así es hasta regresar a casa y darse cuenta que sí, que aquella dulce chica que conoció de pequeña, aquella chica que había pasado sus días sufriendo maltrato y siendo abusada por su padre, había finalmente tomado la decisión... Así es como nos recibe y golpea una historia cuyo valor, reside en dar tacto y voz a una situación muchas veces puesta en segundo plano...
Y después de todo el dolor... ¿Al fin puedes sonreír?
Porque tras dicha revelación es entonces que la historia comienza a situarnos dentro de su brutal mensaje, lanzándonos sin previo aviso la idea del suicidio como su eje de fondo pero más aún, enviando la primera de sus navajas dramáticas: El hecho es impactante y triste pero ciertamente también algo esperado muy en el fondo del corazón de la protagonista. Porque los antecedentes ya estaban ahí y aun cuando parece repentino, la verdad es que la propia Tomoyo lo acepta con resignación inicial, entendiendo que, aunque mal vista por el resto, aunque quizá tachada de cobarde, la elección de Mariko también fue en cierto sentido liberador para ella... una solución final a su sufrimiento. De esta forma, la obra se permite reflejar la primera de sus caras y lanzar un órdago vacío de critica al acto como tal, transmitiendo a través de sus viñetas los antecedentes que llevaron a tal suceso y el cómo Tomoyo fue testigo silenciosa. Esto sin embargo, ha de cambiar conforme nos acercamos a la mitad de la historia y cuando ella acude a la casa de Mariko a despedirse y verla por última vez, la reacción de Tomoyo resulta todo lo contrario a como pensó que sería... y entonces todo cae en su lugar y surge el gran pequeño problema: Tomoyo se da cuenta que ella no quiere despedirse, que no tiene por qué aceptarlo y que, a partir de ahora, ella buscara un verdadero final para Mariko y para su propio sentimiento.
Es entonces cuando se refleja otra cara bastante realista y humana: a ella le duele la muerte de Mariko, pero más aún, de cierta forma le duele que la haya abandonado sin despedirse. Y es así que caemos en cuenta del verdadero eje de la obra: El dolor y las repercusiones para aquellos que quedan. Pero he aquí que considero importante hacer una separación y aclarar que no, aquí no juzgare, apoyare o justificare la idea del suicidio como tal; siento que ese no es el punto focal ni de esta entrada ni tampoco de la obra como tal. Por el contrario, cuando me refiero a consecuencias hago alusión al proceso de duelo y la forma de asimilar la pérdida para aquellos cercanos a la persona y en ese aspecto, My Broken Mariko logra un tremendo acierto al colocar a Tomoyo como alguien que asimila pero no por ello supera tan fácil, entendiendo las razones de Mariko para llevar a cabo tal final pero pese a ello reprochándole por no permitirle tener ese cierre, siendo que los sufrimientos de su amiga también fueron parcialmente, los suyos propios. Curioso ¿Cierto? Bueno, pues tan egoísta como puede sonar esta idea también es algo totalmente inherente al ser humano (quizá difícil de entender si no se ha perdido a alguien) y juega con una poderosa e inapelable verdad: Tu vida no es solo tuya, también es de aquellos que te rodean, de aquellos con quienes estableces lazos y a quienes, poco o mucho, trastocas en su vida...
Incluso siendo cenizas no has cambiado. Estás brillante, inalcanzable... bailando en el viento
Y sin embargo, como ya escribí más arriba, My Broken Mariko no busca ni criticar ni hundir en su sentimiento y es así como Tomoyo lejos de caer en depresión, opta por cumplir cierta promesa hecha con Mariko y es, a través de esta que ella logra su ansiada despedida. Así pues, usando de pretexto esta última parte, la obra brinda esperanza final y nos lanza mensaje tras mensaje de brutal verdad, pasando por lecciones sobre el valor de la vida, la felicidad de compartir recuerdos y sobre todo, la lección del tiempo arreglando y enterrando los dolorosos momentos. Claro está, aquí se muestra algo comprimido y pese a ello, la secuencia final es completamente liberadora para la protagonista y conmovedora para el espectador, reforzando la idea de que, tal como hay dolor tras la perdida, también puede ser el inicio de algo nuevo (sin que algo realmente cambie) en la vida de los que siguen, ahora con el recuerdo y satisfacción de los que partieron...
Y si la trama es de por si brutal, el trabajo hecho por Hirako en el arte es simplemente sobrecogedor. Con una base de trazos finos y por momentos muy realistas, la mayoría de las siluetas y personajes muestran facciones acordes a la historia, facciones endurecidas y llenas de miedo que logran transmitir el sentimiento tal cual, sin esconder o suavizar innecesariamente las cosas. Resalta principalmente el caso de Mariko y más aún la potencia en la mirada de Tomoyo, haciendo que cada mueca de enojo o rencor golpeen directo al espectador, aprovechando de paso el uso y acomodo de viñetas seccionadas. El trabajo de entintado es también bastante bueno y aunque no juega mucho con las luces y sombras como sí lo hace con el nivel de detalle a los rostros, es más que suficiente para crear esa atmosfera visual tan cruda. Si eres alguien que no gusta de las escenas explicitas, temo decirte que My Broken Mariko puede no ser tu obra a nivel grafico...