A diferencia de otras historietas de EC, My World no era un trama de ficción sino una alabanza a la fantasía en general y al dibujante estrella de Weird Science en particular, quien se hallaba en la cima de su popularidad con apenas veintiseis años. La prosa poética de Feldstein complementaba los mundos imaginarios del pasado, el presente y el futuro representados en las viñetas, siendo la última un autorretrato del artista trabajando en su estudio.
Desencantado de la industria, Wood ya había creado en el 66 Witzend en busca de una mayor libertad creativa, y colaborado en publicaciones satíricas independientes como The Realist. En plena efervescencia del comix underground, el autor aprovechó la invitación de Flo Steinberg (cabecilla de Big Apple) para elaborar una parodia feroz de My World, del arte y el negocio de hacer cómics, y del propio Wood. Su mundo, definitivamente, ya no era el mismo.
Podéis ver otras muchas creaciones de este grande del comic book en el blog Hooray for Wally Wood, y saber más sobre su trayetoria aquí y aquí.