Hace unos días leía en el periódico la noticia de que Europa recomienda suspender la venta del "myolastan", ese maravilloso relajante muscular con un pequeño efecto sedativo, que tantos esguinces cervicales y contracturas de espalda ha curado, proporcionándonos,además de la curación, una sensación constante de "estar en la pola" . Cuando leí esto me vinieron varios medicamentos a la memoria, que formaron parte de mi vida cotidiana durante muchos años, y que, poco a poco, fueron desapareciendo. Os acordáis de los "polvos de azol"?, era un bote pequeñito, de color verde, con pitorro blanco por donde salían aquellos misteriosos polvitos; cuando llegábamos a junto de nuestras madres o abuelas llorando desconsolad@s porque nuestra pierna,codo, brazo o rodilla sangraban, cogían los polvos mágicos, aquello empezaba a espumar y una costra se iba formando en la herida que automaticamente paraba de sangrar. Al parecer los "polvos de azol", ese magnifico cicatrizante para heridas superficiales se usa ahora en veterinaria . . . no se que pensar al respecto!!! . . . Otro producto mágico para nuestras heridas de niñ@s, que también ha desaparecido del mapa, era el "cromer", un fantástico antiséptico rojo, que siempre se desparramaba mas allá de la herida en cuestión, y que cuando, días después, la herida ya estaba curada, el "cromer" seguía ahí, no se iba nunca, tardaba miles de millones de días en desaparecer, y cuando conseguíamos deshacernos de la mancha de "cromer" en nuestra piel, nos caíamos de nuevo y vuelta a empezar . . . Recuerdo que en el bolso de mi madre siempre había una caja de "optalidón", era de color marrón y naranja, con las letras en blanco, y cada vez que a alguien le dolía la cabeza, mi madre sacaba el "optalidón" del bolso y "pa dentro", hasta que, hace ya unos cuantos años, este analgésico fue, totalmente, prohibido por su dudosa composición . . . Pero lo mas fantástico y maravilloso que había por aquel entonces, era un ungüento mágico traído de tierras lejanas; una pequeña latita con una pomada de color rosa que valía para todo cuyo nombre era "pomito"; todo el mundo que conozco se iba a Portugal a comprar "pomito"; alguien se caía (sin sangre) le echaban "pomito", que te salía un calenturón en el labio, te lo untaban con "pomito", un terrible grano se instalaba en tu nariz "pomito" lo curaba: De pronto "pomito" desapareció, mis padres seguían yendo a Portugal, pero volvían apenados porque la fantástica "pomito" había desaparecido de los comercios . . . Lo cierto es que después de habernos puesto cicatrizante para perros y colorante rojo en las heridas, después de tomarnos anfetaminas para el dolor de cabeza, y de untarnos por todo el cuerpo con un ungüento que no se sabía muy bien de donde salía, somos gente normal (por lo menos a simple vista), así que, por favor, que no nos quiten el "myolastan" . . . Para estar acorde con estos medicamentos del siglo pasado os traigo un postre del "libro robado",también del siglo pasado, osea que ya sabéis: ni medidas,ni temperatura, ni nada, Rosario es así!!!.Budín de bizcocho
Ingredientes:
- Un buen trozo de bizcocho,si es revenido mejor
- Un poco de mantequilla ( y le eché una cucharada sopera)
- Un par de huevos o tres
- Un vaso de leche
- Dos cuharadas de azúcar, si te gusta mas dulce pon mas
- Un poco de canela
En un cuenco ponemos el bizcocho en migas y le echamos todos los ingredientes encima. Amasamos bien y metemos en un molde. Lo metemos en el horno a temperatura media el tiempo suficiente para que cuaje. Este postre se sirve caliente.
budín de bizcocho de Rosario Cifuentes