Carola Chávez
En un parto doloroso está naciendo el chavismo. Quizá pensamos satisfechos que ya había nacido hace tiempo, ya se había manifestado en momentos difíciles, lo vimos en momentos cargados de gloria, pero creo que no había nacido; se estaba gestando y daba patadas dentro de la panza auto-preservándose de la amenaza siempre presente. Ahí ha venido creciendo, fortaleciéndose, madurando para cuando llegara el inevitable momento del parto.Está naciendo el chavismo, nosotros estamos naciendo. Salimos a la luz, de cara a la luz que ilumina a la Patria. “Tenemos Patria” -dijo mi Presi, y nacemos para preservarla.
Pase lo que pase, este parto es irreversible, es un parto necesario. Ya no más un solo hombre con los problemas de todos sobre una sola espalda. Somos millones que debemos aliviar la carga a quien nos lo ha dado todo, más allá de su capacidad humana. Nacemos para apoyar a ese hombre asumiendo cada uno, responsablemente, nuestra parte en la conducción de nuestro destino.
Nace el chavismo, el pueblo está listo. Quizá no lo estén tanto teóricos e ideólogos calificadores y clasificadores, que encuentran inclasificables a los pueblos y sus modos: su hacer aparentemente desordenado, a veces errático, tanta veces de una certeza visceral que mana de la conciencia colectiva, de nuestros saberes ancestrales.
Nace el chavismo y se define amplio. Habrá quienes desaparezcan en su amplitud como quien se pierde en la sabana, se pierde el perdido y la sabana sigue ahí, como seguirá el chavismo. ¡Que no se pierda nadie!. Habrá debates, habrá quizá momentos en que creeremos no entender nada. Y por supuesto, habrá desacuerdos, siempre pequeños ante el tamaño de la razón de nuestra existencia: Nuestra Patria justa libre y soberana.
Nace el chavismo para seguir naciendo cada día en nuevos corazones que nacen, en nuestros hijos, nietos, y los hijos de sus hijos; y en ese nacer constante el chavismo vence al tiempo.
Los insignificantes, en su insignificancia, se relamen con el inexistente fin de una era que, en su arrogante ceguera, ven apagarse justo cuando, por el contrario, está por dar su más brillante luz. A pesar de ellos, fortalecidos por sus ataques y amenazas irracionales, nace el chavismo.
Nacemos del amor, de lucha compartida, de la conquista de los sueños siempre arrebatados, de la solidaridad, de la esperanza, de la certeza de que otro mundo sí es posible, de la necesidad impostergable de construirlo.
Con Chávez, por Chávez nace el chavismo. Él es la suma de millones de voluntades, de lo mejor de cada uno de nosotros. Hoy, en este parto, nos fundimos todos en un acto de alquimia política y cultural y nace el chavismo, inmenso, invencible, eterno.
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