Nacido mosca cojonera (2)

Por Tiburciosamsa

Cuando murió su padre, Sam Rainsy tenía doce años. Tres años después marchó a estudiar a Francia. A Sam Rainsy le gusta mencionar que, tras la muerte de su padre, vivió en Francia con su familia como un pobre inmigrante. Es cierto que con la muerte del padre y la marcha a Francia su situación económica debió deteriorarse algo, pero la idea de que fuera un pobre inmigrante no cuadra con los estudios que cursó en los mejores centros. Estudió en el Lycée Janson de Sailly, que está considerado como uno de los dos mejores liceos de París. Después hizo ciencias políticas en Sciences Po, se sacó una maestría en economía en la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas de París y estudió empresariales en el INSEAD de Fontaineblau. Exactamente el tipo de estudios que cursan los inmigrantes camboyanos pobres en Francia. 
Sus primeros trabajos fueron en el sector financiero, pero el gen político ya asomaba. En 1981 fue uno de los fundadores de FUNCINPEC, el partido monárquico de oposición al régimen pro-vietnamita que entonces gobernaba en Phnom Penh. Sihanouk fundó el partido para agrupar a todas las fuerzas monárquicas y marcar distancias con los khmeres rojos. Más tarde, cuando Sinhanouk quisiese situarse por encima del bien y del mal como rey de todos los camboyanos, dejaría a su hijo Ranariddh al frente del partido. En 1989 Rainsy se convirtió en el representante para Europa de FUNCINPEC. 
En 1992 Sam Rainsy regresó a Camboya para tomar parte en las primeras elecciones que se celebrarían tras el final del conflicto. En las elecciones de 1993 salió elegido como diputado por FUNCINPEC en el distrito de Siem Reap. 
Las elecciones de 1993 dieron lugar a un curioso apaño. FUNCINPEC las había ganado, pero el Partido Popular Camboyano, que llevaba gobernando el país desde la caída de los khmeres rojos, no tenía las más mínimas ganas de dejar el poder. Lo peor es que hablaban en serio y estaban armados. Finalmente FUNCINPEC y el PPC decidieron gobernar al alimón y repartirse los puestos del Gobierno. A Sam Rainsy le tocó la cartera de Finanzas. Posiblemente fuese el camboyano más capacitado en aquellos momentos para ejercerla. 
Como Ministro de Finanzas Sam Rainsy quiso abrir y liberalizar la economía, así como combatir la corrupción… justo en el momento en el que muchos políticos pensaban que sus esfuerzos después de tantos años de guerra debían verse recompensados. La corrupción en aquellos años estaba generalizada, pero había una diferencia clave entre FUNCINPEC y el PPC. Ranariddh era un líder débil y sus partidarios se le desmandaron en lo del enriquecimiento ilícito. El PPC tenía un liderazgo más sólido y sus miembros sabían que tenían que dejar algo para el partido. Sam Rainsy con sus invectivas contra la corrupción consiguió algo inaudito: que Ranariddh y Hun Sen, que siempre estaban a la gresca, convinieran en que era una mosca cojonera de la que había que deshacerse. En octubre de 1994, Ranariddh le dio la parada. Como premio de consolación, tuvo la dimisión del Ministro de Asuntos Exteriores, el Príncipe Sirivudh, que se solidarizó con él. 
Como su anterior partido no quería nada con él, en 1995 fundó el Partido de la Nación Khmer, aunque más bien parece que lo que hubiera fundado hubiese sido una carrera de obstáculos. Primero fue la negativa a inscribir el nuevo partido. Más tarde vino el ataque con granadas del 30 de marzo de 1997 contra un mitin del PNK en el que murieron 17 militantes y Sam Rainsy resultó herido. Nunca se descubrió a los autores, pero Sam Rainsy siempre sospechó que Hun Sen había estado detrás. En julio de ese año se produjo el golpe de estado que forzó al liderazgo del partido a esconderse y a Sam Rainsy a huir del país. Y ya la gota que colmó el vaso: el PPC promovió una escisión dentro de su partido y los escindidos reclamaron para sí el nombre de Partido de la Nación Khmer. A Sam Rainsy no le quedó más remedio que redenominar a su partido el Partido de Sam Rainsy. No queda muy original, pero ya quedaría muy cantoso que también le quisiesen robar ese nombre. 
El PSR concurrió a las elecciones de 1998 como el partido de la verdadera oposición, el único partido que podría cambiar realmente el país. A pesar de todas las dificultades consiguió el 14% de los votos y 15 de los 122 escaños de la Asamblea Nacional. Tras las elecciones, el FUNCINPEC, que había quedado en segundo lugar con 43 escaños, formó gobierno de coalición con el PPC. Y es que hay gente que no aprende. 
A la hora de las elecciones de 2003 FUNCINPEC comprendió un poco tarde que su alianza con el PPC había sido el abrazo del oso. Después de haber sido aliados en el gobierno (o los mayordomos, que todo depende de cómo se vea) del PPC, no había manera de presentar una imagen creíble de oposición. El PSR volvió a presentarse como el partido de la verdadera oposición e hizo campaña en contra de la corrupción y en favor de políticas sociales. Quedó en segundo lugar, habiendo obtenido el 22% de los votos y 24 escaños. Tras las elecciones el PPC necesitaba de alianzas para conseguir la mayoría de dos tercios necesaria para el nombramiento del Primer Ministro. FUNCINPEC, que parecía que nunca aprendía, hizo un acuerdo con el PPC para proporcionarle los votos que necesitaba. 
El acuerdo entre el PPC y FUNCINPEC fue tanto más cabreante cuanto que previamente el PSR y FUNCINPEC habían creado la Alianza de los Demócratas e incluso habían pensado en fusionar ambos partidos. La Alianza había formulado seis principios y cinco medidas para fortalecer la democracia en Camboya, pero en cuanto el PPC le hizo unos cariñitos a Ranariddh, éste se olvidó de la democracia y dijo aquello de “si tú me dices “ten”, lo dejo todo.”
Convertido en oposición, Sam Rainsy volvió a hacer aquello para lo que había nacido: ser mosca cojonera. En las democracias a las moscas cojoneras se las tolera malamente; en las dictaduras, “desaparecen”; en los regímenes que están a mitad de camino se las acosa judicialmente. En febrero de 2005 la Asamblea votó privarle de la inmunidad parlamentaria para que pudiera ser juzgado por el delito de difamación: había acusado a Ranariddh de haberse dejado sobornar para formar la coalición de gobierno y a Hun Sen de estar involucrado en el asesinato de un líder sindical el año anterior. San Rainsy, que ya iba cogiendo cierta experiencia en lo de decir “pies, ¿para qué os quiero?”, tomó el primer avión rumbo al exilio.
Rainsy demostró que se conocía a sus paisanos. El 22 de diciembre de ese año fue condenado in absentia a 18 meses de cárcel y a una multa de 14.000 dólares. Lo bueno es que en Camboya ni los amigos ni los enemigos lo son para siempre. En febrero de 2006, a petición de Hun Sen, el Rey Norodom Sihamoni le otorgó el perdón real. Ya sé que cuesta entender el galimatías, pero la política camboyana es muy complicada.