De ese perpetuo exilio de los Dominicos y las cofradías nacieron nuevas parroquias, dando sentido a al refrán de no hay mal que por bien no venga, como paso irremediablemente 1976 con la Hermandad de la Estrella y los Dominicos de San Jacinto...
La cosa llegó a tomar tal cariz que en menos de tres años se levantó la nueva iglesia y el mismo día de su bendición se produjo el traslado a la misma, y es que prisa no había por salir de San Jacinto ¿verdad?...
Hoy en día la Hermandad esta mas que asentada en pleno corazón de Triana y que duda cabe que pensar en lo ocurrido décadas atrás es tan solo una perdida de tiempo.
Jesús Morilla Libera