Nacionalistas gallegos consagran a un pederasta

Publicado el 21 diciembre 2018 por Cronicasbarbaras

Desde la pasada década cronista se cree en el deber de recordar todas las navidades que en Galicia el nacionalismo populariza crecientemente al “Apalpador”, sustituto de Papá Noel/Santa Claus y hasta de los Reyes Magos, un pederasta que le regala juguetes a los niños tras toquetearlos cuando duermen en sus camas.

El Apalpador apareció en 2006 creado por el Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Hasta entonces era un desconocido, aunque algún anciano en las aisladas montañas galaicoleonesas del Caurel decía recordar su supuesta leyenda dirigida debidamente su memoria por los militantes; ancianos aislados en aldeas que se mueren sin gente repiten lo que uno desea a cambio de un poco de atención; clásico invento de una falsa tradición.

Es un carbonero de aspecto grosero que vive en las montañas de las que baja para palparle secretamente la barriga a los niños mientras duermen, comprobando así que están bien alimentados y regalarles juguetes y castañas calientes. El premio es comida, símbolo fundamental para la compra de voluntades en psicología.

Posiblemente hubo apalpadores: señores poderosos o curas que, en tiempos de las hambrunas que tantas veces sufrían los pobres campesinos aislados entre montañas, les daban alimentos y les concedían favores a los padres a cambio de tocar y mucho más a sus hijos.

La mitificación de la figura, explicable por psicólogos, psicoanalistas, antropólogos y etnólogos, se debería a que los padres disimulaban su infamia tornando al depravado en amable proveedor de víveres.

Revivir a este pervertido demuestra la ceguera y la mala intención de los nacionalistas promocionando una figura tan detestable. Cambian modelos tradicionales “ajenos”, sobre todo los Reyes Magos, básicos en la cultura religiosa española, por un degenerado “patriótico”, además poco original: imita en su aspecto y oficio del Olentzero vasco, algo más antiguo, aunque también es otra tradición inventada para "abertzalizar" las Navidades, perdón, el solsticio de invierno .

Con una mínima perspicacia puede deducirse, quizás sin errar, que el Apalpador se ha creado o reinventado para difundir ocultamente la pedofilia porque a los niños les queda subconscientemente el mensaje de que los pederastas son cariñosos y que, dejándose tocar, obtendrán premios.

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