Pues quizá, no lo sé, pero de la primera impresión al final del recorrido nada es lo que parece.
A primera vista es una cosa, pero según profundizamos en las relaciones con los demás, pasado un tiempo, suele quedar bien poco de lo que fue o lo que pensamos que sería. Nos esforzamos tanto por gustar que dejamos de ser nosotros mismos. perdiendo la esencia básica de nuestros principios, traicionándonos no sólo a nosotros, sino obviamente a los demás.
O quizá, nos nublamos por esa euforia inicial, que nos lleva en volandas y no nos deja ver más allá de la realidad, así que, no siempre es culpa de los demás, sino únicamente fruto de nuestra propia responsabilidad.
No hay magia, quizá una borrachera de nuestros sentidos, un empacho de nuestros sentimientos alborotados por la euforia incontenible que ciega y sesga nuestro sentido común, o las razones por las cuales elegimos aquella persona o tomamos aquella decisión.
Nada es lo que parece, solamente nos dejamos llevar, fruto del amor, la necesidad o cualquier otro paralelismo que queramos aplicar. Todo está ahí afuera, a nuestro alcance, sólo tenemos que tener la intención de ir a por ello, o al contrario, rechazarlo si no nos conviene.
Parece que todo está envuelto en ese afán irrefrenable por aparentar lo que en realidad no somos, sumisos a modas e imposiciones capitalistas o de otra índole que nos engullen casi sin quererlo, pero que turban nuestra esencia más elemental de nuestra individualidad.
Y es que muchas veces, lo que vemos u oímos nos puede jugar una mala pasada y dar por hecho lo que no es, o dejarnos en fuera de juego, fruto de la precipitación o como ocurre en otros casos, las posibilidades, versiones o puntos de vista no solo tienen un camino, sino múltiples.
Vamos creciendo y casi sin darnos cuenta perdemos esa magia tan hermosa que nos da nuestra infancia, esa ignorancia sana, con la que hacemos amig@s con facilidad y derrochamos risas por doquier sin preocuparnos de nada mas, que del momento presente siendo nosotros mismos, sin mas condiciones, imposiciones o preocupaciones que las de vivir.
En Mi Camino de Vida ya lo he vivido en múltiples ocasiones, sufrir o experimentar, mejor dicho, recaer una y otra vez en “nada es lo que parece…♥”
Ya os hablé hace un año de esta tema, pero todo continua, se mueve, evoluciona y hasta cambia:
https://jordanydavid.wordpress.com/2015/08/23/las-cosas-no-son-lo-que-parecen/