En la carrera del evangelio siempre existirán situaciones que permitirán que nuestra fe sea probada. Estas situaciones van a determinar si te quedas luchando junto a Cristo o si simplemente decides abandonar el evangelio y regresarte a Egipto de donde te sacó Jehová de los ejércitos.
La vida del cristiano no es fácil, es por ello que nuestra permanencia en el evangelio debe estar sedimentada en la roca que es Cristo Jesús, Él debe ser la razón por la cual servimos en la iglesia, la razón por la que nos congregamos semana tras semana y, en últimas, Él debe ser la razón por la que seguimos batallando día tras día en contra del enemigo y sus acechanzas.
Aquellos cristianos que no duran mucho tiempo en el evangelio, que hasta pareciera que estuvieran pico y placa, es porque su sedimento no es Cristo. Probablemente asisten a la iglesia porque alguien les gusta y desean agradar a esa persona solamente, cuando en realidad lo deberían estar haciendo para agradar a Dios única y exclusivamente. Otros asisten por emoción y los ve uno en la iglesia que por temporadas están bien gozosos y hacen de todo, pero al final se alejan nuevamente y así se la pasan en ires y venires. Y hay otro grupo que se aleja cuando se les reprende porque sus acciones sencillamente no van de acuerdo con lo que realmente debe hacer un hijo de Dios. Estos cristianos son los que no aceptan la corrección de sus líderes y piensan que cuando entran en disciplina ya no vale la pena seguir adelante.
Hoy deseo preguntarte si te has identificado con alguno de estos tres tipos anteriormente descritos, porque si la respuesta fue un sí rotundo, quiero decirte que, hoy es el día en el que debes cambiar el fundamento en el que has basado tu fe y dejar que Cristo sea la razón por la cual sigues en pie de lucha. Cuando Cristo es la razón por la cual servimos en el ministerio, en la iglesia, en la célula, etc entonces es cuando comprendemos que no estamos haciendo las cosas para agradar a hombre ni a mujer en esta tierra, sino que lo hacemos para Él, porque el deseo de nuestro corazón es agradarle con mucha sinceridad.
Cuando nuestro fundamento es Jesús, nada nos podrá separar de Él, mira lo que dice la Biblia al respecto:
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo lato, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8: 38-39 – RVR1960).
Creo que cuando Pablo escribió esta epístola a los Romanos tenía más que claro que no había nada que lo apartaría de la carrera que había emprendido cuando decidió seguir a Cristo. Y esa misma determinación es la que debe existir en nuestras vidas, debemos ser imitadores de lo bueno e imitar la conducta de Pablo. Y no pienses que Pablo era un grande la fe y tú no, MENTIRAS. Esos son los pensamientos que el enemigo quiere poner en tu mente para que en ti el propósito de Dios no se cumpla. Quiero decirte en este día que todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, Pablo, tú y yo, ¿no es así? Entonces ¿por qué dudas que lo que hizo Pablo para ti será imposible? Si tienes mentalidad de reino, entonces también comprenderás que para Dios no hay nada imposible, asimismo para sus hijos tampoco deben existir limitaciones de ninguna especie.
Hoy es el día de levantarnos en victoria para evitar que cosas nos distraigan y nos impidan llegar a la meta final: Jesús. Si tu fe está fundamentada en Cristo, si Él es verdaderamente la roca en tu vida, entonces comprenderás que no puede existir ninguna circunstancia en la vida que haga que renuncies o desistas de la carrera que un día empezaste junto a Él. Pablo entendió bien ese principio y lo aplicó a su vida ministerial.
Dios bendiga tu vida sobreabundantemente. No olvides tomarte un corto tiempo y enviar este mensaje, compartirlo con alguien más. Sé de bendición tú también para otros.
Bajo la guía del Espíritu Santo,Fuente: Dios Quiere Hablarte Hoy
Por Sergio Meza Padilla