A partir del sufrimiento se explican muchas historias. El dolor humaniza y hace valorar más los éxitos. “Es un sueño estar aquí después de un año difícil”, dijo Rafael Nadal con los ojos aún rojos de haber llorado dirigiéndose al Phillipe Chatrier y al mundo. Nadal no podía olvidarse de cuanto le ha sucedido en los últimos meses: problemas familiares, su dolorosa derrota ante Robin Soderling en octavos de Roland Garros, la pérdida del número uno o su ausencia por lesión en Wimbledon. En su sufrimiento –“no he podido contener los nervios de los últimos meses”– y en “la ilusión por seguir jugando a tenis” se explica dónde está ahora Nadal: satisfecho con su quinto Roland Garros tras vencer al propio Soderling por 4-6, 2-6 y 4-6, y recuperar el número uno mundial.
“Es el momento más emocionante de mi carrera y he tenido que hacer el mejor partido, sino no hubiera ganado”, continuó Nadal, que supo incomodar al rival que había eliminado a Roger Federer en cuartos y le había permitido recuperar la primera plaza en el ránking de la ATP. Le abrió al revés y no dejó a Soderling conseguir ninguna de las ocho pelotas de rotura que tuvo. Nadal aprovechó un tercio: cuatro de doce. Fue un ejercicio sólido del balear, pero menos espectacular que en otras ocasiones, pues el sueco hizo más golpes ganadores (40 por 35), pero no pudo jugar puntos cortos y su porcentaje de primer servicio fue muy bajo (54%; 76% el balear).
Con 24 años y tres días, Nadal ya cuenta con 40 títulos, 28 en tierra batida, y sobre todo siete Grand Slam (cinco Roland Garros, un Wimbledon y un Abierto de Australia). Al balear sólo le falta el Abierto de Estados Unidos), pero prefiere pensar en el presente. Celebrará su triunfo en París en una cena con su entorno y mañana lunes ya empezará a entrenarse para preparar su siguiente reto: Queen’s, la antesala de Wimbledon, donde no defiende punto alguno. Donde aún podría ser más número uno. “Estar al frente del ránking es la consecuencia de muchas cosas: de trabajo, dedicación, victorias, de no haber tenido lesiones...”, cerró Nadal, que no cedió ni un set en todo el torneo. “Si sigue jugando así va a ganar muchas veces más aquí y en otros sitios”, le elogió Soderling. El triunfo de Nadal de ahora se entiende a partir de malos ratos y la derrota ante el sueco es el más significativo.