El campeón, el número 1, el mejor deportista español de la historia. Quién puede dudarlo. Rafael Nadal Parera lo vuelve a hacer, vuelve a conquistar París, vuelve a poner patas arriba la Philippe Chatrier. A ganar la final. En su pista talismán, el territorio de las gestas, el teatro de sus sueños.Rafael Nadal vence a Novak Djokovic, el enemigo más íntimo de los últimos años, por 3-6, 7-5, 6-2, 6-4, y alza al cielo de la capital la Copa de los Mosqueteros. Le cuesta 3 horas y 31 minutos de sudor, sacrificio, dolor y fe, los acompañantes fieles de su carrera. Es la novena, lo que no ha logrado nadie en la era moderna. Es el Emperador de Francia, el jugador de leyenda sobre la tierra batida. Suma también su 14º Grand Slam, igualando a otro mito de este deporte, Pete Sampras, y se sitúa a tan solo tres de los 17 de Roger Federer. Allí está el límite, el objetivo, la meta. Una década sumando torneos de Grand Slam (9 Roland Garros, 2 Wimbledon, 2 Us Open, 1 Open de Australia). Inmenso, único.
El campeón, el número 1, el mejor deportista español de la historia. Quién puede dudarlo. Rafael Nadal Parera lo vuelve a hacer, vuelve a conquistar París, vuelve a poner patas arriba la Philippe Chatrier. A ganar la final. En su pista talismán, el territorio de las gestas, el teatro de sus sueños.Rafael Nadal vence a Novak Djokovic, el enemigo más íntimo de los últimos años, por 3-6, 7-5, 6-2, 6-4, y alza al cielo de la capital la Copa de los Mosqueteros. Le cuesta 3 horas y 31 minutos de sudor, sacrificio, dolor y fe, los acompañantes fieles de su carrera. Es la novena, lo que no ha logrado nadie en la era moderna. Es el Emperador de Francia, el jugador de leyenda sobre la tierra batida. Suma también su 14º Grand Slam, igualando a otro mito de este deporte, Pete Sampras, y se sitúa a tan solo tres de los 17 de Roger Federer. Allí está el límite, el objetivo, la meta. Una década sumando torneos de Grand Slam (9 Roland Garros, 2 Wimbledon, 2 Us Open, 1 Open de Australia). Inmenso, único.