Este es mi hijo,
le decías a las camareras
de los chigres en los que parabas,
este es mi hijo,
le decías a tus amigos y conocidos,
este es mi hijo,
y en algunas ocasiones añadías:
bueno, hijo mío no sé si lo es;
lo único que os puedo decir seguro
es que nació en casa.
Este es mi hijo.
Estabas orgulloso de mí,
ahora lo sé, muy orgulloso,
pero nunca pronunciaste mi nombre de pila,
padre,
nunca lo pronunciaste.
Me llamo David.
David González.
El lenguaje de los puños: antología crítica de la poesía de David González (volúmen 1). Edición de José Ángel Barrueco. Origami, 2014. 169 páginas.