Alice Socorro Peña Maldonado.
Ante el poder del imperio: “pesimismo de la razóny optimismo de la voluntad” (Antonio Gramsci) Frente a la intromisión del Estado norteamericano y el pentágono al amenazarnos en su declaración de guerra le decimos que sus pretensiones belicistas y policiales por todo el mundo tienen un límite en la Patria Grande, aunque en nuestros territorios habiten personas que se consideran “amigos, socios y aliados” de los intereses imperiales. A ambos les recordamos que aquí hemos decidido ser libres de toda tutela y protectorado. Frente a la intromisión de las trasnacionales (de alimentos, farmacéuticas, de limpieza) que han hecho vida en nuestro territorio pues le hemos dado permiso para actuar comercialmente le decimos que si siguen impulsando la crisis en Venezuela tarde o temprano verán decaer sus servicios y productos porque la historia nos ha hecho resistentes y sabremos prescindir de ellos, pues así como la publicidad nos lo hizo apreciar también recordamos que no son esenciales para un buen vivir. Frente a la pretensión de la ultraderecha opositora que en su mayoría son hijos e hijas de emigrantes que vinieron a Venezuela huyendo de la pobreza, la guerra y la violencia de sus países, le decimos que sus miedos, sus culpas y sus vergüenzas no la tenemos que pagar los venezolanos, y no nos pueden imponer sus psicopatologías como el miedo, la ambición, la envidia, el odio y el facilismo. Que se curen de ellas y que si desean vivir aquí deben asumir nuestra cosmovisión originaria de paz, igualdad y libertad. De lo contrario, las puertas están abiertas para que regresen a sus países de origen donde sus abuelos y padres fueron expulsados y desechados. Frente a los empresarios, distribuidores y comerciantes que se han lucrado con el dólar petrolero y no ha sido productores de nada, sino de sus propias avaricias y codicias al esconder, aumentar, especular, robarnos y aprovecharse de nosotros como consumidores y usuarios para luego seguir culpando a otros, le decimos que su actuar corrupto y sin ética social, tarde o temprano tendrá consecuencias en modo individual o en sus propias organizaciones. No olviden que la energía usada para malos propósitos e intenciones, se devuelve a quienes lo originan. Y al pueblo que nos reconocemos con la identidad cultural basada en los principios libertarios tanto de nuestros antecesores indígenas y negros que dieron todo para salvar y preservar a los suyos y de nuestros próceres bajo el mando de Simón Bolívar. Conozcamos y respetemos nuestras lógicas y firmes convicciones como la solidaridad que bien entendida exige del beneficiario una contraprestación. Como seres de esta tierra de gracia en la que somos irreverentes con quienes no nos respetan y aceptan como somos y menos con quienes pretenden que los imitemos y nos convirtamos en sus halagadores y serviles. Llegó la hora de manifestarnos hermanos y hermanas al valorarnos con nuestras potencialidades y capacidades como hombres y mujeres en unidad, aceptando los aciertos y desaciertos pero enmendando en el camino aquello que necesitamos corregir o corregirnos sabiendo que para inventar un nuevo estado de las cosas , necesitamos despertarnos en nuestro sentipensar para actuar, sin emular modelos que responde a otras geopolíticas del conocimiento. Llegó el momento de mostrarnos a todos, con nuestras utopías que realizables forman parte de nuestra sabiduría ancestral y que se presenta como alternativa civilizatoria frente a un sistema mundo capitalista invasor y alienante de la naturaleza humana. Lo que exige de nuestra parte esfuerzo y reflexión-acción permanente y que se ilustra de modo retador y desafiante en los cinco objetivos históricos de la Patria que nos dejó el Comandante Hugo Chávez Frías. Se trata ahora de superarnos para liberarnos, emanciparnos e independizarnos definitivamente de la colonialidad cultural, mediática y educativa a que hemos sido sometidos de modo sistemático por las macroestructuras y sistemas neoliberales, sabiéndonos interdependientes con las luchas comunes de los pueblos y naciones de la Patria Grande; se trata de asumir el buen vivir donde todos y todas somos reconocidos hermanos/ciudadanos con derechos y deberes; se trata de producir al ser humano recreador, innovador, tecnólogo social, y productor de los servicios y productos que necesitamos para nuestra existencia y compartida en igualdad de condiciones y oportunidades; se trata de vernos como pueblos y naciones con identidades culturales diversas y confrontando cualquier intención de élites que se abrogan la hegemonía jurídica y belicista para apoderarse del bien común; y se trata de vivir en equilibrio como humanidad que respeta, valora y cuida a la madre tierra que nos provee de bienes y servicios para ser distribuidos de modo justo como principio y requisito primordial para la paz de los pueblos.
Nadie nos puede quitar lo bailao y que se atrevan para que vea quienes somos cuando nos tocan.
Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Lic. en Comunicación Social Magister en Comunicación Organizacional. Dra. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico.alicesocorro2000@yahoo.es