Nadie puede excusar a Messi si ha dejado de pagar los impuestos que le correspondían

Publicado el 16 junio 2013 por Aposilio @aposilio

Defender los colores de un equipo no debe ser obstáculo para condenar la presunta evasión fiscal cometida por la estrella del Barcelona, que está obligado a rendir cuentas ante la sociedad española 


Fuente: elsemanario.com:

Tiene que quedar muy claro: si Leonel Messi ha evadido impuestos y ha dejado de pagar 4,2 millones de euros a la Hacienda española, debe abonar la multa que le corresponda. Y si la sentencia judicial lo dictaminara, ir a la cárcel por el delito fiscal cometido. Y este posible castigo no debería tener la más mínima pega por parte de nadie, y mucho menos de los millones de aficionados azulgrana repartidos por el mundo entero. También tiene que quedar muy claro que esta improbable sanción debería ser igual si el protagonista fuera Cristiano Ronaldo, Florentino Pérez, Rafael Nadal, Fernando Alonso, Emilio Botín, Amancio Ortega, Alicia Koplowitz o el sursum corda. No hay excusa. Si en algo el Estado debería ser inflexible es precisamente en esta materia. El pago de impuestos en función de la renta y del patrimonio representa una de las primeras obligaciones, si no la primera, de cada ciudadano con la sociedad en la que se desarrolla. Y todo aquel que no cumpla con esta máxima no debería ser alabado ni envidiado ni calificado como un listo. Más bien todo lo contrario, debería ser visto como un evasor que se aprovecha de los que le rodean. En resumen, como una mala persona.

Fuente: eventostoppanama.com

Vamos al caso: Messi, que ingresa 16 millones de euros netos cada año, por los que el Barcelona abona otros 20 millones más a Hacienda, y que recibe además una cantidad algo superior en concepto de derechos de imagen, que le pagan las muchas compañías que le patrocinan o que utilizan su imagen o nombre para sus campañas publicitarias (Adidas, Banco Sabadell y Danone, entre otras muchas), ha dejado de abonar 4,2 millones de euros a Hacienda por este segundo concepto, desde 2007 al 2009. Supuestamente, también evadió estos impuestos en 2005 y 2006, pero estos delitos ya han prescrito y no tendrá que pagar por ellos. La acusación la ha hecho la Fiscalía, que ha recibido los datos de Hacienda. Este fraude se inició siendo la estrella argentina menor de edad, pero cuando alcanzó la mayoría, dio su bendición a toda la trama montada por su padre, Jorge Horacio, y sus asesores fiscales. La evasión fue llevada a cabo mediante la cesión de la imagen del futbolista del Barça a sociedades instrumentales constituidas en paraísos fiscales de Uruguay y Belice. Estas compañías realizaban contratos de licencia y prestación de servicios con otras empresas ubicadas en Reino Unido y Suiza, desde las cuales el dinero ganado por el futbolista por este concepto pasaba a dichos paraísos fiscales, evitando así la rendición de cuentas al Estado español.

Fuente: elcomercio.es

Como es lógico, el astro azulgrana niega los hechos y asegura que ha hecho lo que le indicaron sus asesores fiscales. Si la familia Messi no hubiera ordenado a su asesores que buscaran la manera de pagar los menos impuestos posibles, ya debería estar presentando una denuncia contra ellos. Pero no es el caso. Estos profesionales de esconder los ingresos ejercen lo que el cliente les pide. Además, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Porque el único objetivo de toda esta trama es aportar menos a la sociedad para acumular más riquezas. Es decir, Messi ha sufrido el mayor golpe a su imagen pública e incluso podría acabar en la cárcel (castigo que casi nunca se lleva a cabo) por la ambición desmedida de acumular riquezas. Porque la pregunta que surge en estos momentos es: ¿No gana lo suficiente como para que él, su familia y varias generaciones posteriores vivan como multimillonarios? Como la respuesta es categóricamente sí, la siguiente cuestión sería: Entonces, ¿por qué lo hace? Y a esta pregunta, la respuesta no es tan evidente.

Fuente:radiocable.com

Seguramente, el crack argentino contratará un carísimo bufete de abogados para que encuentre resquicios en la ley para salir lo mejor parado de este enredo. De hecho, en la mayoría de casos, se reconocen los hechos, se paga la sanción y se evita la cárcel. Esto les sucedió a Luis Figo y Samuel Eto'o en su etapa barcelonista, así como a la tenista Arancha Sánchez Vicario o al piloto Sete Gibernau, entre otros (leer aquí). Pero esta solución, a la que se tardará años en llegar, no detiene el mazazo que está sufriendo su imagen, incluso entre los seguidores azulgrana. Estos, evidentemente, no tienen que temer ni una bajada de rendimiento ni una improbable ausencia de su megaestrella. Pero ese aura de niño santo que se ha creado a su alrededor se ha quebrado sin remisión. Y si la polémica sigue en candelero y los medios de comunicación la mantienen viva, es posible que algunos de sus patrocinadores dejen de contratarle por el posible daño que sufriría su imagen al tener como modelo a un supuesto defraudador de impuestos. De hecho, todos los grandes medios de comunicación del mundo han reflejado la noticia, y en ninguno sale bien parado (leer aquí). Es más, algunos, como el ABC, han aprovechado la ocasión para seguir contando excentricidades del cuatro veces ganador del Balón de oro, como que ha dedicado un millón de euros a comprar la casa de su vecino para que no le moleste (leer aquí).

Fuente: memedeportes.com

Existe la creencia generalizada de que esta noticia sobre Messi se ha hecho pública para que sirva de ejemplo a otros famosos deportistas, a otras acaudaladas familias españolas y a otros países que están poniendo en duda el sistema fiscal español, caso de Alemania, Reino Unido o los Estados nórdicos. Y seguramente esas sean las causas. Pero bienvenidas sean, siempre que las investigaciones no recaigan solo en el hábil delantero barcelonista y se amplíen a todos aquellos, políticos incluidos, que no cumplen con sus obligaciones con el fisco, siempre con el objeto de llenar todavía más sus arcas. Últimamente estamos conociendo cómo la gran mayoría de miembros de la cúpula del partido del Gobierno (PP) han ingresado elevados sobresueldos abonados por el partido con fondos oscuros, y una gran parte no los ha declarado. Esto no puede quedar en el olvido porque se haya sabido lo de Messi. Este país necesita como agua de mayo que todos los evasores paguen por el gran daño que están haciendo a esta sociedad. Es necesaria esta inyección de legitimidad en un momento en el que las principales instituciones del Estado están cuestionadas y en el que millones de españoles sufren en sus carnes las consecuencias negativas de los malditos recortes, causados, entre otras razones, por la inmoralidad de los defraudadores.

Fuente: teinteresa.es

La trama urdida por los Messi es uno de los sistemas habituales utilizados por muchas de las grandes empresas y familias más ricas de este país para pagar menos impuestos, mientras que otros acaudalados lo consiguen legalmente a través de mecanismos como las Sicav (sociedades de inversión de capital variable), que solo están obligadas a cotizar el 1% de sus plusvalías. Las grandes fortunas de este país utilizan hoy en día estas trampas legales, que evitan que sus socios tributen como les correspondería si tuvieran una nómina o una sociedad mercantil. Y siempre bajo el temor a que se marchen a otro país si se les sube ese pírrico 1%. Este es el verdadero poder del dinero, por lo que los escasos recursos de que disponen en la actualidad los inspectores de Hacienda deberían dedicarse a encontrar estos focos de fraude que aportarían grandes cantidades al erario público, y no gastar sus esfuerzos en descubrir a desempleados que cobran 800 euros y complementan sus mínimos ingresos con alguna chapuza. Según el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el 72% del fraude lo están cometiendo las grandes empresas y las grandes fortunas de este país. Es más, según un estudio realizado por la consultora I2 Integrity, el fraude fiscal en España asciende a unos 70.000 millones de euros al año, alrededor del 23% del PIB, lo que equivale al presupuesto total del sistema sanitario español. Está claro, pues, a quién hay que perseguir.