PUBLICADO POR LA REPÚBLICAFernando Rospigliosi
Más importante que la permanencia del premier en el puesto, fue la demostración de poder de Nadine. En un gobierno normal, el respaldo debió venir del presidente.Insólita presenciaNadine no es un primera dama cualquiera. Lo puso en evidencia desde el primer momento. Cuando Ollanta Humala era presidente electo, viajaron a Washington. En la reunión con el presidente Barack Obama y funcionarios norteamericanos, Nadine estaba al lado de Ollanta. Naturalmente, Michelle Obama no estaba junto su marido.En Hawái, durante la reunión de la APEC, Humala se reunió con el presidente chino y funcionarios de ese país. Nadine estaba al lado de Ollanta. Los chinos, que son más formales que los norteamericanos, parece que se quejaron pero al final aceptaron los hechos.En la reciente visita a España, Nadine estuvo también en la reunión con el Rey y funcionarios de ambos países (distinta a las reuniones donde está la Reina y sus hijos, donde sí le corresponde estar a la primera dama).El mensaje es claro, ellos comparten la presidencia.Caso únicoNunca, en la historia reciente del Perú, la esposa de un presidente se ha comportado de esa manera. En los dos gobiernos de Alan García, Pilar Nores hacía trabajo social con una discreción encomiable. Eliane Karp tuvo un desempeño menos prudente, más estridente y agresivo, pero no participó en las decisiones del gobierno de Alejandro Toledo.Susana Higuchi tuvo una fugaz intervención, enfrentada a la familia de Alberto Fujimori, y las cosas acabaron pronto, con la separación y el divorcio. Tampoco desempeñó ningún papel en las decisiones del gobierno.Violeta Correa, una mujer inteligente y de carácter, fue un ejemplo de circunspección y compostura, y nunca se le vio intervenir en los gobiernos de Fernando Belaunde.Tampoco las esposas de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez desempeñaron un papel relevante. En suma, el caso de Nadine Heredia es singular en la historia política del país.PerpetuarseA la pareja presidencial le encanta el poder y sus beneficios. Lo disfrutan. Basta ver las fotos y videos de sus reuniones con reyes y presidentes, y sus presentaciones oficiales.Sus convicciones democráticas son, por decir lo menos, tenues.En un continente donde la mitad de los mandatarios intenta –y muchas veces consigue– perpetuarse en el poder con diversos subterfugios, la tentación es grande.Un camino es el inaugurado por Fujimori y seguido luego, con variantes, por Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa. Una Constituyente, con cambio de Constitución y reelección inmediata, que luego se convierte en perpetua. Hasta que son derrocados o fallecen, siguiendo la secular tradición latinoamericana.Los KirchnerOtro, es el que concibieron los Kirchner en Argentina, turnarse en el gobierno.Dadas las características de la pareja Humala-Heredia, el esquema Kirchner es obviamente el que más les acomoda.Nadine está en campaña desde que entró al gobierno. Viaja constantemente, pronuncia discursos, ofrece soluciones, entrega cosas, tiene un equipo que organiza sus presentaciones y otro ocupado de su imagen. No le va mal, tiene alta popularidad, superior a la de Ollanta. Razón adicional para seguir en esa ruta.Ella ha participado desde el comienzo en la evaluación y definición de los candidatos a ministros y de otros importantes puestos.Difícilmente una persona con esas características se resignará a ser ama de casa en el 2016.Algunos dicen ¿y cuál es el problema? Hay varios. Uno importante: si la pareja presidencial está
pensando así para las elecciones del 2016, calculando la popularidad y los votos que necesitan, muchas de las decisiones que tomen hoy día probablemente no sean las más adecuadas.