Nos adentramos al parque una vez pagados los permisos y comenzamos a ver cebras, avestruces, gacelas, ñús, rinocerontes negros...
Circular por el parque está permitido desde que sale el sol hasta que se pone.
Nos dirigimos a la charca donde se encuentran elefantes, es apasionante verlos haciendo el ritual del baño, hay varios y mientras unos se retozan en el barro para depurarse de insectos, otros se bañan y con sus trompas se duchan. Cerca de ellos hay alguna avestruz y algún pajarillo.
En otra de las pozas que encontramos vemos a varios antílopes u oryx, estos animales aparecen como símbolo en el escudo de la nación. Son preciosos.
Un poco más allá vemos a un león descansando bajo un árbol y al otro lado de la poza unos cuantas gacelas que tímidamente se acercan a beber con sigilo y sin bajar la guardia para no despertar al Rey de la selva.
Vemos un poco avanzando con el 4x4 a unas jirafas comiendo de las acacias, alargando sus cuellos de forma elegante para alcanzar las hojas de las copas de estos árboles.
Ya cae el atardecer, observamos cerca a dos leonas con sus cachorros. Es un precioso entorno pues se refleja el sol en el agua cristalina y es todo más verde. Las leonas alternan los juegos con sus crías y se lavan, se lamen y me parece la estampa más hermosa del día.
Llegamos a nuestro alojamiento, el Halali Camp para asignarnos la habitación, ver la puesta de sol, cenar y seguir viendo animales por la noche en la propia poza del campamento...