Nankin, el cómic con guión de Nicolas Meylaender y dibujos de Zong Kai, ahonda sobre aquella misma tragedia. Para ello recurre a un formato apaisado que nos recuerda a los cuadernillos de cómic estadounidenses que recopilaban las populares tiras diarias que Milton Caniff, Alex Toth o Frank Robbins pubicaran durante la Segunda Guerra Mundial; era aquel un cómic de aventuras, épica belicista con afanes proselitistas. Nankin es prácticamente lo opuesto a aquello, un cómic antimilitarista de denuncia y reivindicación; sin embargo, el dibujo de Zong Kai se alimenta de la iluminación cinematográfica de aquellos grandes maestros del cómic norteamericano, y la combina con unos perfiles angulosos y un uso expresionista de la mancha (casi tenebrista), que nos recuerda al mejor Frank Miller; al más extremo y audaz. La historia recorre en cuatro episodios (no marcados numéricamente) las indagaciones del abogado chino Tan Zhen sobre la biografía de una mujer, Xia Shuqin, que en el momento de la tragedia tenía sólo ocho años. La investigación del Tan Zhen le llevará a entrevistar a varios testigos supervivientes de la masacre: el soldado Wang Shan-Ti, quien después de ayudar a Xia Shuquin sobrevivió milagrosamente al fusilamiento masivo de todos los soldados chinos que optaron por rendirse ante la promesa de un trato justo como prisioneros de guerra; el empresario Zhao Pin, adolescente en aquel entonces y vecino de la familia de Shuqin; o la anciana Dong Sun, quien fuera secuestrada junto a docenas de universitarias japonesas para ser violadas por los soldados del ejército imperial japonés, en la mayoría de los casos hasta sus muertes.
Una vez concluido el juicio a favor de la restauración de su dignidad, varios periodistas japones se acercaron a entrevistar a Xia Shuqin:
- Señora Xia, ¿una pregunta, por favor? - Señora Xia, ¿está satisfecha con el veredicto del jurado?- Sí, desde luego... -respondió ella- Sólo lamento no haber podido mirar a los ojos a mis acusadores... - ¿Usted y los otros supervivientes culpan al pueblo japonés?- No, y le debemos mucho a los abogados japoneses que han ayudado al abogado Tan. Sabemos diferenciar entre el pueblo japonés y los extremistas... Todo lo que queremos es que esta masacre sea reconocida por todos.