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El fundador de Gowex (empresa española especializada en la creación de ciudades conectadas sin cables a Internet), Jenaro García, ha asegurado que el nanochip cerebral con Wifi será lo que utilizaremos en el futuro como hoy en día usamos el Smartphone, algo realmente impensable, pero que puede llegar a ocurrir, más ahora que la tecnología nos rodea allá donde vamos.
Jenaro piensa que en los propios ciudadanos está el futuro, quiere despejar de las manos tantos artilugios y mediante la ayuda de microchips en el cerebro pretende lograrlo. Da miedo pensarlo e incluso nos viene a la cabeza usos extraños sobre ello, pero el futuro está muy encaminado a eso.
Es tal la convicción que tiene sobre el proyecto que las empresas están entrando ya en ese nuevo mercado, con el diseño y desarrollo de nanotecnología específica para ello.
Con el nanochip cerebral obtendremos múltiples ventajas …
Indican que la gran ventaja de utilizar el nanochip cerebral es que evitará que estemos todo el día delante de una pantalla de algún dispositivo, con las consecuencias negativas que ello implica, y evitar cargarnos continuamente con ellos. Al igual que con este método no se nos podrá perder ni olvidar en ningún lugar.
Son muchas las infinitas preguntas que se nos ocurren al leer sobre el nanochip cerebral. ¿Cómo funcionaría? ¿Que se podrá hacer y qué no? ¿Efectos secundarios? ¿ Qué tamaño tendría?
Pues lo único que sabemos es que han descartado que sea una memoria USB o por el estilo, será un diminuto y sofisticado dispositivo con conexión Wifi.
Podríamos entender a otra persona con distinto Idioma …
El usuario será el que decida cuándo usarlo y ” con ventajas infinitas”. Indican que podría llegar a hacer que podamos entender a otra persona con distinto idioma, puesto que podrá acceder a Internet para una traducción exacta mientras se mantiene una conversación, algo bastante útil para personas con dificultad para aprender idiomas. Y muchas más cosas impensables, como controlar el estado de los órganos vitales, ayudando a diagnosticar una enfermedad, como al mismo tiempo llamar a un taxi o ver el tiempo que hace en otra ciudad, cosas que cuando las lees no te lo crees.