Napoleón

Publicado el 12 enero 2011 por María Bertoni

El nombre “Christian Clavier” me hace ruido cuando empiezo a mirar la miniserie Napoleón ¡casi nueve años! después de su estreno. Consulto el sitio IMDb que confirma mis sospechas: efectivamente quien personifica a Bonaparte también encarnó (¿y seguirá encarnando?) al Asterix cinematográfico, honor compartido con Clovis Cornillac. Indiscutible prueba de versatilidad, el apellido es el único indicio para el reconocimiento.

Además de talento y physique du rôle, el actor francés tiene coraje. De hecho, pocos colegas correrían el riesgo de defraudar a sus compatriotas con una versión fallida de dos megafiguras nacionales (Bonaparte tiene sus buenos detractores también en Francia, pero ninguno le retacea importancia histórica). En otras palabras, es como si un mismo actor argentino se animara a interpretar a Patoruzú y a Juan Manuel de Rosas.

En esta producción catódica, Clavier asume el desafío no sólo de convertirse en Napoleón sino de compartir escenas con cuatro monstruos de la escena internacional: Isabella Rossellini, Gérard Depardieu, John Malkovich, y la veterana Anouk Aimée (casi irreconocible en el rol de Letizia, la madre del militar autodeclarado emperador).

Esta característica multiestelar puede resultar adversa. Sobre todo en el caso de los actores hombres, algunos espectadores vemos más a Depardieu y Malkovich (de paso los recordamos cuando juntos fueron mosqueteros) que al jefe de policía José Fouché y al ministro Charles Talleyrand.

Los entendidos en Historia sabrán cuán riguroso es el guión dirigido por el canadiense Yves Simoneau. En cambio, los legos en la materia nos contentamos con disfrutar de una buena reconstrucción de época y de actuaciones que -reticencias aparte- generan la empatía que los manuales escolares casi nunca consiguen provocar.

En esta vieja reseña sobre John Adams, Ana también se refirió a Napoleón y mencionó ciertas coincidencias que “prueban que es posible dedicarles retratos cautivantes a personalidades históricas”. Quizás este argumento valga más que las loas a Clavier, al menos para los televidentes que vieron la miniserie protagonizada por Paul Giamatti y producida/emitida por HBO.