La mujer mira por la ventana y su dedo recorre una y otra vez un camino hecho en el cristal empañado. Todo es Nápoles y un beso. Él era un soldado americano que repartía chicles y sonrisas y que venía de un lugar muy difícil de pronunciar en Italiano. Ella era una cría que limpiaba mesas y repartía vasos mientras su madre tocaba al piano canciones que no entendía para aquellos uniformes que llenaban el local cada noche.
Ella miraba a Johnny mientras él miraba a cualquiera menos a ella. Tan sólo…
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